Una gran riqueza mineral en manos talibanes
Edición Impresa | 20 de Agosto de 2021 | 01:57

El subsuelo de Afganistán abunda en minerales considerados fundamentales para la transición energética y climática, según los expertos, un maná aún no explotado y que ahora está en manos de los talibanes.
“Afganistán tiene reservas de bauxita, cobre, hierro, litio y tierras raras”, dice el último informe anual sobre los recursos minerales de ese país publicado en enero de 2021 por el Servicio Geológico de EE UU (USGS).
A medida que el mundo intenta dejar atrás los combustibles fósiles, como el petróleo y el gas, estos metales son cada vez más buscados para transportar y/o almacenar electricidad.
El cobre, esencial para la fabricación de cables eléctricos, batió este año un récord histórico en los mercados mundiales, cotizando a más de 10.000 dólares por tonelada.
El litio es un recurso esencial para la transición energética. Se utiliza para el almacenamiento de energía en baterías o parques solares y eólicos.
En 2020, la Unión Europea lo añadió a la lista oficial de 30 materias primas consideradas “críticas” para su independencia energética, junto con el cobalto, el grafito, el silicio y el tantalio, entre otros.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estimó en mayo que la demanda mundial de litio se multiplicaría por 40 de aquí a 2040.
Afganistán dispone “de una enorme reserva de litio, no explotada hasta la fecha”, explica Guillaume Pitron, autor del libro “La guerra de los metales raros”.
Y las tierras raras como el neodimio, el praseodimio o el disprosio, también presentes en Afganistán, son cruciales en la fabricación de imanes utilizados en industrias del futuro como la energía eólica o los vehículos eléctricos.
Un informe conjunto de la ONU y la UE de 2013 estimó en un billón de dólares el potencial de todos los recursos subterráneos del país.
Afganistán era hasta ahora más conocido por sus piedras preciosas (lapislázuli, esmeraldas, rubíes, turmalina) o el mármol. Además produce carbón y metales tradicionales como el hierro.
Explotados oficialmente, los yacimientos de piedras preciosas son también objeto de un tráfico ilegal con Pakistán.
Antes de la victoria de los talibanes en Afganistán, China, que ya produce el 40 por ciento del cobre del mundo, casi el 60 por ciento del litio y más del 80 por ciento de las tierras raras, había “apoyado a cierto número de facciones talibanes para que le facilitaran el acceso a ciertos yacimientos prometedores”, afirma Pitron. “Los chinos no condicionan sus negocios a los principios democráticos”, añade.
En el caso del cobre, China, que obtuvo una concesión en 2008 para explotar la gigantesca mina de Aynak, a 35 km de Kabul, estaba desde 2015 en conversaciones con el gobierno depuesto para tratar de obtener enmiendas que permitan la explotación del yacimiento, “bloqueado por diversas razones”, según USGS.
Sin embargo, los expertos hoy dudan que Afganistán se convierta en el campo de juego geopolítico de la transición energética mundial, por la incertidumbre política que generan los talibanes. (AFP)
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