El León del Ruso, que factura mejor de lo que juega, tiene que valorar no haber perdido
Edición Impresa | 21 de Agosto de 2021 | 04:07

Martín Mendinueta
@firmamendinueta
En los números le sigue yendo bárbaro, pero el funcionamiento general de Estudiantes mostró anoche una versión nada convincente. Ganando desde el amanecer de las acciones, nunca pudo sentirse cómodo en el desarrollo global. ¿Sirve el punto? Un montón.¿Lo sostuvo con oficio y argumentos propios de su libreto? Casi nada de eso. Mariano Andújar, como suele decirse, salió en las principales fotos del partido. Tuvo varias intervenciones notables, fue la figura albirroja y, también, responsable del gol que hizo Dátolo con una buena ejecución de tiro libre.
oTRO alarido DEL NUEVO ARTILLERO pincha Y nítida supremacía local
¿A quién no le gusta empezar ganando desde los 13 segundos? Y otra pregunta más, ¿ayuda un poquito que se corte la luz durante un buen lapso cuando el anfitrión quiere reaccionar tras la “trompada” recibida? Obvio que sí. Pero aun en ese contexto ideal, Estudiantes no logró imponerse en un primer capítulo donde se le notaron peligrosas filtraciones por las bandas y cierta vulnerabilidad en el juego aéreo.
La exquisita definición a la red de quien se ha convertido en el quinto titular indiscutido (los otros son Andújar, que ayer fue muy importante, Noguera, Rogel y el “Corcho” Rodríguez) no impulsó el mejor rendimiento colectivo del León. Los juveniles del “Taladro”, liderados por Giuliano Galoppo, mostraron una tenencia del balón dinámica y ambiciosa que desnudó conocidas debilidades albirrojas. Godoy y Pasquini sufren en la marca y lejos están de clausurar sus respectivas bandas. Banfield lo advirtió rápido y con centros cruzados supo generar peligro.
Esta vez, la superpoblación de la zona central de ningún modo trajo los beneficios que tanto le gustaron a Zielinski en el complemento ante Boca. El medio no tuvo más corte y Ayoví sufrió horrores la soledad para aguantar y cuidar la pelota. Sólo Manuel Castro, corriendo sin guardarse ni una pizca de energía, intentó siempre, y consiguió algunas veces, darles aire ofensivo a sus compañeros.
LA CAMPAÑA ES EXCELENTE Y EL JUEGO... SU PRINCIPAL DEUDA
Ambas realidades conviven en el presente de Estudiantes. La identidad que supo gestar su director técnico (tremendamente incómoda para sus rivales) es la principal virtud de este León siempre dispuesto a luchar por lo que quiere. Todavía carente de una generación en tres cuartos de cancha que despierte entusiasmo y elogios (Banfield mostró ayer un trato de pelota interesante), Estudiantes disfruta lo que ha conseguido: Muchos puntos, expectativas concretas de regresar pronto al mejor plano continental y una manera de competir que le ha deparado satisfacciones de gran impacto.
Que le falte elaboración cuando cruza la mitad del campo no sorprende, es parte de su matriz; pero debe ajustar su manera de marcar. Anoche, ninguno de los cuatro del fondo fue infranqueable. Aun equivocándose en la manera en que cubrió el primer palo en el gol del empate, el único bastión defensivo fue su arquero. Eso habla del flojo rendimiento colectivo.
Estudiantes sabe que el camino será largo y exigente. Así como revisó y corrigió distintas cuestiones después de haber caído en Rosario, ahora, que no perdió, pero sufrió varios sustos, tendrá que repasar en detalle el libreto original y preguntarse, especialmente su DT, si algunos habituales titulares merecen realmente continuar con dicho privilegio. Sánchez Miño es uno de ellos.
En siete fechas el Pincha tiene más de lo que le falta. Debe retocar y seguir adelante.
Aun con una falla notoria, su arquero fue el único bastión defensivo. Allí hay bastante por revisar
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