Su mujer, un amor para siempre que le salvó la vida

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Charlie Watts se salió del molde de varias formas: genio, amante del jazz antes que del rock, el baterista tampoco se llevó bien con eso del sexo, drogas y rocanrol.

Tuvo tres años de adicción, entre 1983 y 1986, pero de ese pozo del que lo sacó su mujer de toda la vida: Watts conoció a Shirley Ann Shepherd, meses antes de la formación de los Stones, en 1962, se casó en 1964 y junto a ella transitó la vida. Watts se aislaba en cada gira del ruido del rocanrol y los gemidos de las habitaciones contiguas. Cuando los Stones fueron invitados a la Mansión Playboy, él prefirió disfrutar de la sala de juegos de Hugh Hefner. “Nunca me interesó responder al estereotipo de una estrella de los Rolling”, tiró.

 

 

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