Más de 500 “allegados” se pasaron todo el partido cantando
Edición Impresa | 5 de Agosto de 2021 | 03:52

Boca y River no estuvieron solos en el Ciudad de La Plata, que cuenta con un aforo de 42.000 espectadores, ya que entre ambos clubes sumaron unos 500 “hinchas-allegados” que, inclusive, en el caso de los Xeneizes, estuvieron muy activos con sus cánticos y fueron obligados a callarse por la “voz del estadio”.
Los boquenses lucieron en gran parte camisetas que los identificaban, mientras que los riverplatenses las llevaron en menor medida.
Los dos grupos se instalaron en sectores distantes entre sí en el amplio y moderno estadio platense, pero apenas comenzado el encuentro los primeros comenzaron a hacerse oír con fuerza.
Sin dudas, una muy mala organización, primero de los encargados de la Copa Argentina y luego de las autoridades del estadio. ¿La Policía? Bien gracias, no hizo nada para imponer las normas. Es hora de tomar medidas.
Además los auriazules contaron por segunda vez en 10 días con el apoyo dirigencial y técnico, tal como ocurriera cuando el equipo fue visitante ante Banfield y debió jugar con juveniles por estar aislados sus titulares tras regresar de Brasil luego de la escandalosa eliminación de Copa Libertadores a manos de Atlético Mineiro.
Es que al presidente Jorge Ameal lo acompañaron el vice primero, Juan Román Riquelme, y como en aquel juego en cancha del Taladro, buena parte de los técnicos de divisiones inferiores como Roberto Pompei, Hugo Ibarra, Jorge Martínez y demás.
Sin embargo anoche Boca tuvo seis debutantes en un superclásico, y salvo Agustín Sández, los otros cinco no son productos de esas divisiones inferiores: el recién llegado Luis Advíncula, Diego González, Esteban Rolón, Juan Ramírez y Norberto Briasco.
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