VIDEO.- Postales de otro finde violento: noche de excesos, con daños graves en una cervecería

Tres paneles vidriados rotos, la persiana metálica destrozada, dos pintas de cerveza sobre la barra, una de ellas a medio servir; botellas de agua alineadas con algún propósito, un matafuegos tirado en el piso, y una campera con empanadas y alfajores en los bolsillos. Con esa escena se encontró Tadeo, el encargado de una cervecería situada en 19 y 57, ayer a las 6.15 de la mañana.

Enseguida, su mente retrocedió unas tres horas, justo cuando “Anfield Craft Beer” estaba por cerrar las puertas y cuatro personas, tres hombres y una mujer, se acercaron a la puerta del lugar con los ánimos alterados a pedir cerveza.

La sospecha que el joven y su compañera María Belén tienen, es que estos alborotadores fueron quienes atacaron el bar durante la madrugada. Y esperan al resultado de las pericias de las cámaras de seguridad para ratificar la presunción.

Lo cierto es que este ataque vandálico, en el que también robaron, se enmarca en una situación general que atraviesa la Región, donde la violencia se convirtió en la protagonista principal. (ver nota doble)

Según el testimonio del encargado, los agresores “parecían drogados” y “buscaron todo el tiempo” comenzar una pelea. “Vinieron cuando ya cerrábamos, pidieron bebidas y para evitar un conflicto les dimos. Pero en vez de irse, la siguieron, querían más”, relató Tadeo.

El altercado siguió incluso después de bajar la persiana. Los sujetos rondaban la esquina y fueron vistos por varios vecinos.

Cerca de las 4, el empleado se marchó. Pero antes de volver a su casa, pasó por el lugar pasadas las 6, intranquilo y probablemente con el presagio de una mala noticia.

“Cuando llegué ví todo como lo ves ahora. Entraron después de romper la abertura de la persiana metálica y por el agujero que hicieron en el vidrio. Alguno se cortó, porque hay manchas de sangre en el piso”, detalló. El interior del local era “un desastre”. Comida, bebida, utensilios de cocina y vasos desparramados en el suelo, sillas y mesas desordenadas.

De un primer vistazo, notaron que faltaban mercadería y algunos cacharros de la cocina.

“Sabemos quiénes fueron, son del barrio. Además tenemos la cámara y testimonios de otros vecinos que los vio caminando por 19 hacia 56”, cerró Tadeo.