El genio que hasta hizo jugar a Messi

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Las investigaciones de Bernardo Houssay sobre el papel de la hipófisis en la regulación de la cantidad de azúcar en sangre, por lo que fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1947, resultaron fundamentales para comprender a una enfermedad como la diabetes. Pero también abrieron las puertas para el desarrollo de muchas líneas de investigación en el campo de la endocrinología que mantienen hasta el día de hoy sus principios, como el tratamiento hormonal que recibió Lionel Messi que le permitió llegar a ser un futbolista profesional.

El doctor Alejandro Federico De Nicola, presidente de la Fundación Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme) y profesor emérito de la Universidad Nacional de Buenos Aires, destaca que “el principal aporte de Houssay en investigación fue demostrar el papel que juega la glándula hipófisis, que está adentro de la cabeza, en la base del cerebro, en el metabolismo de los azúcares”.

“Todo empezó cuando Banting y Best, dos científicos canadienses, descubrieron el papel del páncreas en la diabetes: le sacaban el páncreas a un perro y el perro se volvía diabético. Y Houssay lo que descubrió es que si a ese mismo perro diabético le sacaban la hipófisis, mejoraba su diabetes, ese fue su gran descubrimiento, porque se sabía poco de lo que hacían las glándulas y el papel de las hormonas”, señala De Nicola.

Otra de las contribuciones de Houssay fue mostrar el rol de la hipófisis en la producción de la hormona del crecimiento a través de experimentos muy simples.

“Por ejemplo -describe De Nicola - tenía dos o tres perros hermanos, a uno de ellos le sacaba la hipófisis y ese perro no crecía, pero cuando se le administraba un extracto de hipófisis, el perro volvía a crecer. En aquel entonces era un hallazgo experimental, pero después se usó en humanos, con hipófisis cadavéricas donde se le sacaba la hormona del crecimiento y se hacía crecer a chicos chiquitos. Luego se hizo una hormona de crecimiento recombinante en bacterias, que es el caso de Messi. Yo tuve la oportunidad de hablar en España con uno de los médicos endocrinólogos que trató al futbolista, quien me señaló que con la hormona de crecimiento recombinante hicieron crecer a Lionel alrededor de ocho centímetros, es decir que lo que hizo Houssay en los perritos pasó a Messi. La cosa cambió mucho, pasaron los años y varió la tecnología, pero el principio es el mismo”.

 

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