VIDEO. En un escándalo diplomático, Djokovic espera por la nueva visa
Edición Impresa | 7 de Enero de 2022 | 03:25

El serbio Novak Djokovic, número uno del tenis mundial, aún no fue deportado y permanecerá hasta el lunes retenido en un hotel de Melbourne luego de apelar la cancelación de su visa de ingreso a Australia por no estar vacunado contra el Covid-19, en lo que ya se convirtió en un escándalo internacional.
En una audiencia celebrada ayer Melbourne, el abogado del Estado australiano Christopher Tran aseguró que el gobierno no tiene previsto expulsar al serbio antes del lunes cuando se realice una segunda mediación judicial.
La primera comunicación del tenista desde que aterrizó en el país oceánico habría sido un escueto mensaje a la familia: “¡Dios todo lo ve! La moralidad y la ética como los más grandes ideales son las estrellas que guían hacia la elevación espiritual. Mi gracia es espiritual, y su riqueza material”, escribió Novak desde su teléfono celular, según su hermano Djordje. “Mi hermano no es un criminal, es un atleta”, agregó.
Srdjan Djokovic, padre del tenista, consideró que su hijo Novak “está siendo crucificado” por la decisión de no vacunarse contra el coronavirus, lo que le generó un conflicto en su intento de entrar a Australia para jugar el primer Grand Slam del año a partir del 17 de enero.
“Jesús fue crucificado en la cruz, y todo le fue hecho, pero él está vivo entre nosotros incluso hoy. Ahora Novak está siendo crucificado, le están haciendo de todo. Pero él resistirá”, aseguró Djokovic padre.
Nole Djokovic, de conocida posición contraria a la vacuna, viajó a Melbourne para disputar el Aus Open, al conseguir una “exención médica” por parte de las autoridades locales. Sin embargo, al aterrizar en la ciudad del estado de Victoria, quedó retenido por el personal de Migraciones del Aeropuerto Internacional Tullamarine debido a un problema con su visado.
El incidente se convirtió en un escándalo diplomático cuando el presidente serbio Aleksandar Vucic acusó a las autoridades australianas de “maltrato” al número 1 del tenis y de ejercer una “caza política”.
Un grupo de aficionados se congregó ayer en el Park Hotel de Melbourne, donde fue derivado, para pedir por su liberación. El establecimiento, usado como centro de cuarentena durante el año pasado, también alberga inmigrantes ilegales que fueron trasladados desde las islas de Manus y Naur.
“Sigue detenido en prisión. Le quitaron todas sus cosas, le dejaron sólo el teléfono móvil, no tiene nada que ponerse, cambiarse de ropa y lavarse. Novak es un prisionero de esos bastardos y la culpa es de ellos. Todo el mundo libertario, levántese, esta no es solo una lucha de Novak. Lo colocaron en habitaciones insalubres”, denunció.
“Tienen cautivo a Novak. Novak es Serbia, y lo están pisoteando tanto a Novak como a Serbia. Querían subestimarlo, humillarlo. Somos serbios, un pueblo orgulloso, nunca atacamos a nadie, simplemente nos defendemos”, concluyó Srdjan.
Ante estas acusaciones, según el medio The Age, las autoridades australianas barajan no solamente deportarlo ahora sino la posibilidad de prohibir la entrada de Novak Djokovic al país durante tres años.
Djokovic, de 34 años, no aportó evidencia de tener la vacunación completa, o justificación para estar eximido de ella, dijo el primer ministro Scott Morrison. “Las reglas son las reglas, especialmente cuando se trata de nuestras fronteras. Nadie está por encima de las reglas”, aseguró en una conferencia.
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