“Gimnasia es parte de mi vida, siempre lo fue y lo va a seguir siendo”

Walter Epíscopo

wepiscopo@eldia.com

Cada fin de año, en época de fiestas, Luciano Aued siente que vuelve a ser el pibe de barrio. El que anda por Berisso y se junta con los amigos de siempre, el que se reúne con la familia y disfruta. Ahí no es el ídolo multicampeón con Universidad Católica de Chile, que tras arribar a mediados de 2017 cosechó siete títulos (cuatro del torneo local y tres de la Supercopa de Chile).

Luli disfruta de su pequeña hija Charito y de Nadia, su mujer que son su sostén en los momentos más complicados de vivir en otro país y extrañar a los afectos. Las vacaciones se consumen y en pocos días deberá volver a Chile para entrenar, ya que renovó su contrato. Aued acepta la charla con este medio, y Gimnasia no estará ausente al repasar su carrera.

- A los 34 años estás por empezar otra temporada. ¿Se hace más difícil por que hay que mantener el nivel y ser competitivo?

- Creo que se hace más difícil más que nada por todo lo que conseguimos estos años. La vara está muy alta, entonces la exigencia es mayor. Pero con los cuidados que hé tenido siempre, con un buen entrenamiento, con buena alimentación y buen descanso, creo que se puede seguir compitiendo. Hoy la edad ya no es un impedimento, es simplemente un número, después depende mucho de los cuidados que tenga uno y de la inteligencia que uno tenga.

- Tuviste un gran paso en Racing donde saliste campeón, y ni hablar en Chile. ¿Es más de lo que soñabas para tu carrera?

- La verdad que no me lo puse a pensar mucho. Siempre intenté superarme, apoyarme mucho en el trabajo, en la humildad... También intenté escuchar a los compañeros que habían conseguido cosas o que habían tenido un recorrido, en lugares muy importantes, en Europa, o mismo en clubes de acá pero que habían tenido un gran paso y que habían sido importantes para los equipos. Tratar de escuchar, copiar, aprender, crecer, creo que por ahí fue la base. Y la verdad es que estoy feliz con mi carrera, no me pongo a pensar si podría haber hecho más o si fue mucho. Me pone felíz porque todo fue gracias al trabajo del día a día y al esfuerzo. El esfuerzo que hizo mi familia, el esfuerzo por estar lejos estos últimos años también y querer dejar una huella, dejar un nombre y no pasar desapercibido en los lugares donde hé estado. Y creo que lo hé logrado.

- ¿Se extraña mucho o ya lo tenés naturalizado?

- Se extraña mucho. Sobre todo la familia y los amigos. Es difícil estar lejos por más que uno tenga una buena relación y encuentre grandes compañeros en el camino, y sobre todo afuera, se extraña el día a día con los amigos y la familia. Me tocó formar una familia fuera del país y creo que esa es la base, ese es el apoyo que tengo día a día para seguir adelante. Pero sin dudas que se extraña mucho y por momentos se ha hecho difícil, sobre todo con esta pandemia que no pudimos viajar seguido. A la vez se que no me puedo quejar porque por suerte estoy en un buen lugar, puedo vivir bien, mi familia está bien y está contenta. Y eso también es importante.

- Volver a Berisso recarga las pilas, el reencontrarte con los afectos.

- Sin dudas. Berisso es mi lugar. En el lugar donde soy felíz, donde tengo a mis amigos, mi familia, donde estuvo siempre mi Viejo y siempre que estoy en Berisso está presente, a pesar de ya no estar. Entonces es estar cerca de todo eso, y la verdad que me hace muy bien. Como decís, me hace recargar pilas, retomar fuerzas para lo que viene y seguir adelante. Creo que ese es un gran sostén que tengo, un gran bastón para apoyarme cada vez que vengo de vacaciones. Me hace muy felíz estar con los seres queridos.

- ¿Estás pendiente de Gimnasia? ¿Seguís los partidos?

- Sí, siempre. Desde que me fuí en 2011 estoy pendiente de lo que pasa. Sigo teniendo contacto con los utileros, con los kinesiólogos, con todos... Gimnasia es parte de mi vida, siempre lo fue y lo va a seguir siendo. Cuando estaba en Racing, en 2013 me fui a Córdoba a ver el ascenso. Me gusta estar cerca, pero no me gusta molestar ni invadir, pero es el equipo del cual soy hincha y al que siempre quiero que le vaya bien.

- La categoría de ustedes de Gimnasia se sigue juntando y se mantienen en contacto.

- Con toda esa categoría ´87 por suerte hicimos una gran relación. Tenemos una gran amistad con la mayoría y cada vez que llega fin de año nos juntamos. Los chicos que han estado en la pensión y por ahí son de distintos lugares del país, ponemos una fecha y se vienen. Nos comemos un asado, jugamos algún fulbito para recordar esas épocas y a la vez ver cómo está cada uno, qué es de sus vidas, la familia que van formando. Eso es algo maravilloso que te deja el fútbol y que por suerte son esos grandes compañeros que quedaron. Estamos en permanente contacto y pendientes. Es una linda camada esa ´87.

- Alguna vez dijiste que el descenso de 2011 es una mochila que te quedó. ¿Sentís que necesitás volver a Gimnasia para sacarte esa sensación?

- Sí, como dije es una mochila... Es una mochila pesada por más que hayas hecho lo posible por evitar esa situación, nos tocó a todo ese grupo y es un dolor muy grande que se mantiene con el paso de los años. Y también está bueno aclarar, porque sino parece que uno habla y uno siempre dijo que quería volver y al final no terminás volviendo nunca... Como que hablás y no cumplís. En este caso, siempre dije que mi idea era volver en algún momento y aportar al club, tratar de ser útil, pero la verdad es que en este último tiempo no hé tenido contacto con los dirigentes, no me han llamado, y no tienen por qué llamarme tampoco. Es así, no tienen porqué llamarme, pero es importante aclararlo porque sino parece que uno dice que quiere volver y no terminás retornando al club, y después lógicamente la gente se enoja y te putea porque no volvés, pero en este caso no me ha tocado recibir llamados y no me gusta forzar situaciones. Entiendo que es una situación que se da así y hay que aceptarla.