Kelly Olmos admite que “con alta inflación es muy difícil empardar salarios”

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En las próximas horas, Kelly Olmos asumirá formalmente como ministra de Trabajo de la Nación para reemplazar a Claudio Moroni, que dejó el cargo aquejado por problemas de salud, pero también en medio de presiones kirchnersitas y con una inflación que, según anticipan consultoras, se encamina a cerrar el año arriba del 100%.

En este escenario, los desafíos de Olmos pasan por “cuidar el empleo y cuidar los salarios”, según adelantó en una entrevista reciente, donde también admitió: “Tenemos que trabajar muy fuerte porque con alta inflación es muy difícil empardar los ingresos”.

Aún sin querer anticipar medidas, la funcionaria se comprometió “a trabajar para que nadie pierda contra la inflación. Y esperemos que eso no ocurra. Este Gobierno prometió que los ingresos le ganarán a la inflación y la coyuntura no es la más favorable para eso, pero es mi objetivo” e insistió sobre esa idea: “La mejor manera de trabajar por el salario de los argentinos es combatir la inflación”.

La sucesora de Moroni evitó también ofrecer mayores detalles sobre las negociaciones paritarias en ciernes y la alternativa de aplicar un aumento por suma fija o bono de fin de año para los trabajadores como una forma de compensar la pérdida de poder adquisitivo: “Este gobierno siempre apostó a la mejora de los ingresos, no hemos sido pasivos en eso y hay mecanismos de compensación de la inflación”, dijo sin abundar demasiado.

Por otro lado, Olmos se refirió a su relación con los gremios, en medio del ruido que generó en distintos sectores de la CGT su designación. No tanto por su nombramiento en sí, que, en general, fue bien recibido. Sino porque la cúpula sindical le apuntó a lo que interpretó como una suerte de “ninguneo” y “desplante” del presidente, Alberto Fernández, que decidió el reemplazo de Moroni sin consultarlos. Nada menos que en un área sensible para los intereses cegetistas como el ministerio de Trabajo, para el que incluso habían hecho llegar su propia nómina de candidatos. A despecho de esa lista, el jefe de Estado avanzó en soledad con el nombramiento de Olmos y eso molestó a los principales caciques de la CGT.

Buscando evitar cualquier cortocircuito antes de asumir, la nueva titular de la cartera laboral quiso enviar un gesto a los gremios: “Me siento compañera y amiga de todos los dirigentes sindicales. Tengo especial relación con ellos”, destacó y prometió: “Voy a ser un puente de unidad”. También realzó la importancia del diálogo para resolver conflictos: “El método tiene que ser el diálogo siempre, no hay otra posibilidad. Los conflictos existen y otros van a seguir floreciendo en este contexto. Pero el horizonte de resolución está dado por el diálogo”, reforzó.

Por último, Olmos descartó cambios importantes en la primera línea de funcionarios de Trabajo, dando la idea de una cierta continuidad de la gestión trazada por Moroni (seguirían los secretarios de Trabajo, Marcelo Bellotti, y de Empleo, Leonardo Di Pietro). En tanto, rechazó cualquier reforma laboral como la que impulsan sectores opositores: “Sería una locura”, remató.

 

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