"Cuando oscurece", un hombre atrapado en una desesperante rueda de hamster
| 25 de Noviembre de 2022 | 01:10

Pedro es un hombre atrapado en una rueda de hamster, y “Cuando oscurece”, segunda parte de la trilogía de Néstor Mazzini que protagoniza el personaje encarnado por César Troncoso, comienza a mostrar las consecuencias, su paulatino y brutal deterioro. Y las consecuencias que eso supone para los que lo rodean.
La película, que se estrenó ayer en salas del país, es un drama familiar disfrazado de thriller, que “cuenta el proceso de destrucción de una familia". En la primera parte de la trilogía "Autoengaño", “36 horas”, Pedro intentaba evitar que su vida se desmorone a partir de vivir un complejo divorcio y una crítica situación financiera. No salía del todo bien parado.
Y en esta segunda parte “su situación va empeorando, ya no puede ver las cosas claras y toma la errónea decisión de emprender un viaje con su pequeña hija para alejarla de su madre, una elección que corroe aún más los lazos familiares, que lo empuja aun más a su propio abismo personal y por la que tendrá que asumir graves efectos”.
Las películas, relata el cineasta, fueron escritas y filmadas con continuidad, porque, explica, surgieron en el marco de un taller de guión donde se volvió evidente que estaba escribiendo sobre las mismas temáticas, los mismos personajes, las crisis económicas, la violencia, el desgarramiento de una familia.
Pero en esta segunda entrega “pasó un tiempo desde la separación” de “36 horas”, y Pedro “ya está más afectado por la situación económica” que lo lleva a “un deterioro personal marcado”.
“Pedro gira, como en una rueda en la jaula de un hámster, en torno a situaciones que no puede terminar de resolver y funcionan como un ‘loop’ en el que está atrapado. Es un hombre preso de su cultura, de las pautas bajo las que seguramente fue criado, y hay cosas que no soporta frente a él mismo y menos frente a los demás”, relata el cineasta.
Es por eso que, atrapado sin salida, en la tercera entrega, todavía sin fecha de estreno, las cosas no mejorarán, “va a salir a recuperar a su familia pero las cosas no van a salir como las imagina y su carácter explosivo va a volver a aflorar”.
Pero ese carácter explosivo no ocurre en el vacío: “Me moviliza lo que pasa alrededor mío, es la cantera con la que puedo laburar”, dice Mazzini, y es por eso que la situación económica es el opresivo disparador que termina generando una espiral de frustración y violencia “que afecta también a su mujer y su hija”.
Porque “el desgaste se vuelve psicológico”, explica el realizador. “Hay una fragilidad, una violencia a flor de piel que se instala en distintos sectores de la sociedad, de distintas maneras, y no lo puedo separar de lo político y lo económico. Esa situación es un caldo de cultivo para que aparezcan estos personajes, que son el producto de algo. Y esto viene de muchos años: se vive bajo una presión muy fuerte, y lo económico pasa a lo personal, termina tiñendo todas las situaciones de la vida cotidiana”.
Mazzini utiliza así la ficción para pensar la realidad. “Algo que ofrece el cine es pensar lo que te está pasando, buscar caminos para ver qué se puede hacer con eso”, analiza, pero aunque el personaje trabaje en el sector audiovisual como él, avisa que no hay autobiografía en Pedro.
“Algunas situaciones personales”, acepta, alimentaron el guión, “una separación, que por suerte terminó bien”, y “algunas crisis económicas que también tuve que resolver”, pero “amplificadas, dramatizadas, para que tenga potencia, porque la vida cotidiana es un poco más aburrida”.
“Pero en realidad, es ficción, me metí en el terreno de la ficción, a partir de pensar qué me hubiera pasado si hubiera quedado más descolocado, para qué lado podría haber arrancado, cuál podría haber sido una reacción más enferma de mi parte”, dice.
Con Troncoso en el papel de Pedro, el elenco lo completan Andrea Carballo y Matilde Creimer Chiabrando en el papel de la hija atrapada en medio de las disputas entre madre y padre. En ese personaje, afirma Mazzini, está la esperanza de romper esos círculos: “Si hay algún lugar de expectativa está en esa juventud, veo como toda esa gente piensa de otra manera: ahí está puesta la expectativa para que se aprenda de todo esto malo y las cosas mejoren”.
“Cuando oscurece” se estrena en algunas salas del país, pero, como viene ocurriendo con el cine nacional, su exposición será limitada y luego tendrá que subsistir entre la oferta infinita de las plataformas. Algo que, opina Mazzini, “es una batalla a dar. Tiene que ver con las políticas que se pueden implementar para que se cumplen las leyes de exhibición: las pantallas del país están tomadas por las grandes distribuidoras, entonces no cumplen la cuota de pantalla. Hay que ir hacia una solución, las películas que se hacen acá tienen que ir a algún lugar, tienen que tener la oportunidad de verse, de que la gente sepa que existen”.
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