El calor renueva el fenómeno de los árboles que hacen llover con sol

El goteo que cae desde las tipas, ceibos, acacias, cañas fístulas y cina-cina, producto de un insecto en etapa de crecimiento

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Entre los fenómenos de la naturaleza que ofrecen aires de espectáculo en las calles y parques de la Ciudad, el calor volvió a traer en las últimas semanas el de los árboles que parecen generar una especie de lluvia bajo sus copas, aún en los días donde el sol hace difícil moverse. En rigor, el goteo que agrega fresco o una molestia en la sombra es producto de una asociación de especies y del apetito sin límite de la “chicharrita de la espuma” por la savia de tipas, acacias y ceibos.

Las gotas, que se sienten sobre el cuerpo, llegan a mojar el suelo o la calle y hasta pueden verse algunos charcos. Descoloca cuando no hay ni rastros de nubes y lluvia. En términos coloquiales, se habla entonces del “llanto de la tipas”. Sin embargo, nada hay para asociar el cuadro con la emoción. Más bien, es producto de la excreción del insecto, que atraviesa por una etapa de crecimiento en la primavera, según explicó la ingeniera forestal y docente en la Facultad de Agronomía de la UNLP, Natalia Acosta: “Tiene un aparato bucal picador suctor, una aguja como los mosquitos, adaptado para tomar savia. Absorbe y su tubo digestivo hace que pase más rápido por el cuerpo. Chupa y sale agua con azúcar. Mientras chupa, elimina savia y con el movimiento de la cola forma una espuma. Segrega una sustancia mucilaginosa por una glándula. Pueden formar una espuma grande. Para no deshidratarse ni ser predados”, apuntó la ingeniera.

Las gotas producto de esa labor pueden caer en varios puntos de la Ciudad donde haya ejemplares de las especies del gusto de la “chicharrita”, que también son la caña fístula y la cina-cina.

Acosta indicó que todo se relaciona con el desarrollo del insecto, que puede llegar a 1.5 o 2 centímetros de tamaño. “Los adultos colocan los huevos en grupos de 30 a 50, encastrados entre la corteza y el leño. Las ninfas (estado juvenil del insecto) salen de esos huevos y forman colonias de hasta 60 ó 70 individuos que se encuentran dentro de una masa espumosa para evitar la desecación y la predación”, detalló.

Combinación de factores

Entre la primavera y comienzos del verano las ninfas se congregan y forman la masa espumosa por la combinación de 3 factores, indicó: “El líquido que expelen por el ano, el aire incorporado mediante el movimiento telescópico del extremo abdominal (saca esa parte del abdomen fuera del líquido, carga el tubo respiratorio de aire que luego emite al efectuar la contracción telescópica) y las sustancias mucilaginosas segregadas por las `glándulas de Batelli´ que le da una mayor consistencia al líquido. Parte de la espuma pierde la consistencia y cae en forma de un goteo molesto”, apuntó la docente.

Se trata de un episodio temporal. “Cuando la ninfa pasa a adulto (mediados de diciembre) deja de estar en colonias. El adulto sigue succionando savia para alimentarse pero ya no forma la espuma”, señaló Acosta.

No hay peligro

Según indicó, nada hay de peligro en todo el proceso para quienes reciben el goteo. Puede ser molesto pero no es tóxico ni mancha la ropa. En los vehículos no pasa de una mancha.

En cambio, en plantas jóvenes, el insecto puede causar algunos daños como marchitamiento de brotes y muerte de algunas ramas por deshidratación.

El apetito es voraz en ese periodo de crecimiento de las “chicharritas”. No paran de extraer savia: se calcula que una colonia de 60 o 70 individuos puede chupar un litro y medio en este periodo.

 

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