No hay rastros de los salvajes que casi matan a un jubilado en Parque Sicardi

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Con dificultades para respirar, Rodolfo Gómez (78) tuvo que ser llevado nuevamente a un hospital para más estudios. Se trata del jubilado que sufrió un bestial ataque en su vivienda de Parque Sicardi, a la que ingresaron dos delincuentes sin escrúpulos que casi lo matan a golpes.

La imagen habla por sí sola y demuestra los padecimientos físicos que sufrió la víctima. De los psicológicos no hace falta mayores comentarios.

Gómez vive en 8 entre 640 y 641, pero ahora, por miedo y seguridad, decidió irse a la casa de una familiar.

Como este diario adelantó en su edición anterior, no tuvieron piedad con él.

Durante media hora, soportó una andanada de trompadas en su rostro y también patadas en otras partes del cuerpo, que le provocaron fisuras en varias costillas.

Todo, para que revelara dónde guardaba sus ahorros que, según le contaron, era una significativa cantidad de dinero en pesos y dólares.

“Fue el sábado entre las 2 y media y las 3 de la mañana cuando estaba solo y durmiendo en su habitación”, indicaron.

Los delincuentes entraron al inmueble tras saltar un paredón del frente y fueron hasta el fondo, donde rompieron una puerta.

Por allí se colaron dos de los asaltantes -encapuchados y con sendas armas de fuego- y enseguida “fueron al dormitorio de él, le prendieron la luz, lo despertaron y le dijeron `así te queríamos agarrar´. De inmediato comenzaron a pegarle y mucho”, agregaron.

Los tormentos verbales y físicos comenzaron a sucederse sin contemplaciones para Gómez.

Primero, “lo ataron de pies y manos con sábanas y le pusieron un trapo en la boca para que no gritara”, revelaron. Después “le dieron piñas y patadas por todo el cuerpo. Y uno se le subió a la cama y le colocó una rodilla para cubrirle la cara y así no los pudiera mirar”, añadieron.

Fue tal la paliza que le propinaron que, según mencionó una sobrina, “por momentos lo dejaban al borde del desmayo, con tantos golpes que le daban”.

Asimismo, ventiló que los delincuentes “le decían a mi tío que sabía que guardaba bastante plata”, frase que a menudo utilizan para infundir temor.

Cuando lo consiguieron, entonces apuraron la fuga con “el mucho dinero que le sacaron y con el par de zapatillas importadas”, que había comprado en un reciente viaje por Brasil.

Por ahora, de los salvajes asaltantes no hay mayores rastros.

Pese a que en el caso tomó intervención la DDI La Plata, la investigación se encuentra en una fase liminar y no se sabe quiénes fueron ni cuál es su paradero.

 

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