Infierno vecinal en Diag. 74: vivir entre peleas, motoqueros y vándalos

En el trayecto más céntrico de Diagonal 74, el que en un tramo de seis cuadras comunica Plaza Moreno con Plaza Italia, hay una problemática que hace ruido. Se da por lo general en las noches de los jueves, viernes y sábados hasta altas horas de la madrugada, cuando conviven dos realidades muy distintas entre sí. Por un lado, aparecen aquellos jóvenes que salen a divertirse y frecuentan bares de la zona. Pero en otra sintonía se encuentran los vecinos, que no pueden pegar un ojo a causa de los ruidos molestos y desmanes de todo tipo.

Según denunciaron varios de ellos a este diario, cuando va terminando la semana, muchos ya comienzan a padecer, lo que saben, será una noche movida.

Algunos de ellos lo dejaron en claro ayer en un mano a mano con EL DIA. “Están los motoqueros y los que pasan en auto, que coinciden en hacer `cortes` con los caños de escape, motoqueros y repartidores, que se meten entre los coches y cruzan el semáforo con la luz roja, peleas entre grupos numerosos de jóvenes, bares que ponen la música a todo volumen y los que se dedican a actos de vandalismo contra las casas”, enumeraron entre los tormentos propios del lugar. Y en este contexto, reprocharon “la falta absoluta de controles”.

“ES UNA ANARQUÍA”

Horas después del enfrentamiento en Diagonal 74, 49 y 11, que inclusive terminó con un comerciante herido en su afán de separar a los más exaltados (ver aparte), este medio fue al lugar para recabar testimonios en el vecindario sobre una situación que, pese a ser repetitiva, no hay visos de que encuentre solución.

Las charlas mantenidas con los frentistas dejaron traslucir el fastidio, hartazgo e impotencia por tantas noches de descontrol de quienes concurren al lugar y, en varios casos, provocan ruidos y hasta disturbios graves.

Javier (44), que vive en las inmediaciones a plaza Moreno, fue quizá quien con mayor crudeza describió lo que él y otros vecinos sienten cada fin de semana cuando arranca la movida nocturna en la zona.

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“Entre las 10 de la noche y las 3 de la mañana de cada jueves, viernes y sábado, esto se convierte en una anarquía”, sostuvo sin disimular su enojo.

En tal sentido, mencionó que además de los fuertes ruidos causados por motociclistas que pasan por diagonal 74 a toda velocidad, los perturba sobremanera “la música a alto volumen que ponen los bares. Por eso -aseguró- tanto en mi caso como otros vecinos nos hemos levantado de madrugada para ir a esos comercios a pedirles a los dueños o encargados que bajen los decibeles de la música”.

Javier además reflejó que producto de esa situación “no podés dejar de escucharlos ni poniéndote tapones para filtrar ruidos. Y siento las vibraciones hasta en mi cama”.

Además se mostró convencido de que muchos comercios “seguramente no cumplen con las normas de funcionamientos establecidas para su actividad”.

“Desde 11 y 50 hasta Plaza Italia tenés a grupitos que suelen pelearse a trompadas y patadas o arrojándose botellas, a pibes y chicas que caminan totalmente borrachos, a motoqueros, a quienes en la calle se comunican a los gritos y a los que se dedican a dañar los frentes de viviendas”, denunció.

Cerca suyo, Alberto Gasparini (79) también trazó un panorama similar y dijo no entender por qué “ni inspectores de Control Urbano de la Municipalidad ni la Policía se hacen ver, para que no haya episodios de descontrol como hasta ahora ocurren los jueves, viernes y sábado a la noche”.

“Además del `bochinche` que hacen los jóvenes que vienen por acá, se dedican a pintar graffitis en paredes, puertas y ventanas del frente de las casas, donde además suelen romper algún vidrio o dejar sobre las veredas botellas rotas”, detalló.

Consignó que a causa de esos ataques vandálicos, “muchos vecinos vienen optando por colocar cortinas metálicas”.

También enfatizó que “no es justo que quienes vivimos acá hace muchísimos años, tengamos que soportar toda esta locura”.

“NO SE PUEDE DORMIR”

María Elena (66) es otra de las vecinas sometidas al martirio de no poder descansar los fines de semana, cuando una nutrida cantidad de jóvenes se aposenta en bares y locales gastronómicos de la zona.

“Todas las personas que vivimos acá sabemos que resulta imposible dormir o descansar un poco las madrugadas de los fines de semana”, reflejó.

Y ejemplificó que “lo de los motoqueros es tremendo. Hay un grupito que frecuentan este lugar a partir de las 10 de la noche y que se quedan dando vueltas hasta después de las 3 de la mañana, haciendo fuertes ruidos con los caños de escape de sus motos o pegando aceleradas a fondo”.

No obvió citar que “inclusive hacen maniobras, como la conocida como wheelie, por distintos tramos de Diagonal 74 para llamar la atención. Y al igual que los pibes que hacen el delivery para empresas de comidas, acostumbran cruzar el semáforo en rojo, con el peligro que significa para ellos y para los demás”.

Pero los cuestionamientos de la vecina no se circunscriben solo a los motociclistas.

“También es muy común que pasen en auto jóvenes que ponen música electrónica a un volumen muy alto, con potentes parlantes inclusive externos. Una locura”, expresó contrariada.

Los repartidores tampoco quedaron exentos de las críticas de la mujer.

“Hacen lo que quieren: se meten entre los vehículos que circulan a su lado, no respetan los semáforos, circulan a contramano y además suelen manejan arriba de las veredas, a las que terminan rompiéndoles las baldosas”, refirió.

Asimismo, María Elena recordó que “el sábado pasado hubo un operativo de Control Urbano en 12 y 50, donde los inspectores obligaban a parar a muchos de los que iban en moto. Y secuestraron varias, seguramente porque no tenían la documentación en regla”.

Remarcó que “estos operativos de control deben hacerse todos los fines de semana y no una noche en forma aislada”.

“Es que hasta de madrugada te encontrás con autos y motos estacionados en las veredas”, ejemplificó.

Y abogó al respecto para que en el referido tramo céntrico de Diagonal 74 “la Municipalidad señalice dónde deben estacionar motos y bicicletas”.

Seguidamente, expuso que “luego de cada noche del fin de semana, la diagonal 74 queda a la miseria, con botellas rotas por el piso, suciedad en las veredas, cestos de basura rotos y pintadas de graffitis en las casas”.

Levantó el tono de su voz luego para remarcar que “se deben tomar las medidas necesarias para que los vecinos podamos descansar tranquilos de noche los jueves, viernes y sábado. Somos mucha gente grande por acá y hay personas más jóvenes que trabajan al otro día y precisan dormir”. Y acotó que “hace 2 años que esta situación se intensificó”.

Los vecinos se quejan de los ruidos molestos. Aparecen los fines de semana, “entre las 22 y las 3”

En el barrio piden que los jueves, viernes y sábados a la noche, “se hagan controles en la zona”