Niñas y niños ucranianos, a merced de la trata

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Autoridades y organizaciones humanitarias no ocultan la preocupación ante la irrupción de una problemática en medio de la invasión rusa a Ucrania y los combates que ya provocaron cientos de muertos. Mientras millones de ucranianos buscan refugio saliendo de su país y a los hombres entre 18 y 60 años no se les permite irse para que sean reservistas, no son pocos los niños y niñas que llegan a la frontera solos, sin un adulto que los cuide y acompañe.

Esta situación encendió las alarmas especialmente de organizaciones que trabajan contra la trata de personas, ya que saben que en esa condición los menores son presas fáciles de grupos que harán lo posible para capturarlos e insertarlos luego en la prostitución o en un mercado laboral ilegal.

En más de dos semanas, 2,8 millones de ucranianos se convirtieron en refugiados, entre ellos miles de chicos desplazados sin sus padres. Y cualquiera que les ofrezca un lugar donde hospedarse y comida se convierte en una buena salida. Sin embargo, muchos se esconden detrás de esa fachada con otras intenciones.

La comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, admitió que se podría poner en marcha un mecanismo para distribuir ciertas categorías de la población como menores no acompañados, huérfanos, discapacitados o enfermos, después de admitir el riesgo de que los niños que huyen solos de la guerra caigan en manos de los traficantes de menores.

“Sabemos por experiencia que los niños desaparecen cuando hay grandes olas de migración”, aseveró. Por este motivo, la Comisión ha activado una red contra la trata de personas que

agrupa a varios países miembros. “Tenemos que trabajar para que vayan a la escuela”, remarcó. Para ello, la Comisión ha propuesto que los Estados de acogida puedan usar los fondos no utilizados del presupuesto 2014-2020, lo que permitiría liberar aproximadamente 420 millones de euros y autorizar el uso de fondos de cohesión para financiar medidas de integración, en los ámbitos de educación, cuidado de niños o vivienda.

Exveteranos están colaborando en delinear corredores seguros, tanto para niños como

para mujeres, mientras las organizaciones trabajan en las fronteras para minimizar las posibilidades de que las mafias puedan desplegarse y operar con facilidad. Sin embargo ya existe la alerta de que miles de niños y niñas han desaparecido desde que iniciaron el doloroso camino del éxodo sin la protección de un adulto.

También muchas mujeres solas están en riesgo. “Cuando de repente tienes una gran masa de personas realmente vulnerables que necesitan dinero y asistencia de inmediato, es una especie de caldo de cultivo para situaciones de explotación sexual”, advirtió Tamara Barnett, directora de operaciones de la fundación Human Trafficking.

 

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