Moscú ataca con fósforo: nueva denuncia de Ucrania
Edición Impresa | 1 de Abril de 2022 | 02:02

KIEV
Las autoridades ucranianas acusaron ayer a las tropas rusas de utilizar proyectiles de fósforo para atacar varias poblaciones del este del país en la disputada zona de Donetsk, una acusación que han realizado en otras ocasiones desde que comenzó el conflicto.
Según el jefe de la Administración Militar Regional de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, las tropas rusas “han vuelto a utilizar proyectiles de fósforo en Maryinka, Krasnohorivka y Novomykhailivka”, informa la agencia Interfax-Ukraine, y que dichos ataques han provocado heridas a 11 residentes de la población de Maryinka, incluidos cuatro niños.
Ya el pasado 25 de enero Ucrania acusó a Rusia de utilizar este tipo de armas en el área metropolitana de Kiev. Pero el Kremlin siempre lo ha negado: “Rusia nunca ha violado las convenciones internacionales”, dijo ese día el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov,
Empleadas con frecuencia durante la Segunda Guerra Mundial, en los últimos quince años su uso se ha documentado en Afganistán, Gaza, Irak, Siria, Ucrania y Yemen.
FÓSFORO BLANCO
El fósforo blanco es un sólido ceroso blanco o amarillo de olor similar al ajo. No es un elemento natural, pero es manufacturado a partir de rocas de fósforo, según la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATDSR) dependiente del Departamento de salud de EE UU.
Es usado por la industria para producir ácido fosfórico y otros productos químicos para uso en abonos, aditivos para alimentos y productos de limpieza y en el pasado se usó también en pesticidas y fuegos artificiales. Reacciona rápidamente con el oxígeno, encendiéndose fácilmente a temperaturas de 10 a 15 grados bajo la temperatura ambiente.
En el campo militar se utilizar para la fabricación de varios tipos de municiones y para producir humo con el que ocultar movimientos de tropas e identificación de blancos. El contacto con la sustancia puede causar quemaduras e irritación, y daño al hígado, los riñones, el corazón, los pulmones y los huesos. También puede provocar la muerte.
Las bombas de fósforo blanco no son armas químicas, cuyo uso está prohibido por la Convención sobre Armas Químicas que entró en vigor en 1997, sino que son consideradas armas incendiarias cuyo uso está regulado en el Protocolo III a la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales (CAC) que tiene por objeto proteger a los civiles de su uso, puesto que pueden quemar personas, hogares e infraestructuras.
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La organización Human Right Watch señala dos vacíos conceptuales que limitan la eficacia de este protocolo.
La primera es la misma definición de armas incendiaria en el Protocolo III que no incluye municiones, como el fósforo blanco, “concebidas primordialmente” para crear pantallas de humo o como señal para las tropas, pero que tienen los mismos efectos incendiarios cruentos.
Además prohíbe el uso de armas lanzadas desde aeronaves sobre concentraciones de civiles, pero la disposición sobre armas incendiarias lanzadas desde tierra está sujeta a varias excepciones. Esta distinción arbitraria, según Human Right Watch, ignora el hecho de que las armas incendiarias provocan quemaduras gravísimas e incendios destructivos independientemente del mecanismo que se utilice para su lanzamiento.
Por citar algunos casos, EE UU usó este tipo de armas contra la insurgencia iraquí en 2004 y contra los talibanes en 2008. En tanto, Rusia utilizó esta sustancia química en Aleppo (Siria) en ataques aéreos durante la guerra civil en 2016. (EFE)
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