“Sentirte parte de la película”: cómo se hacen los efectos 4D para cine
Edición Impresa | 10 de Abril de 2022 | 04:04

Hay tres empresas que se dedican a trabajar con tecnología 4D para cines en el mundo: una de ellas, Lumma, es argentina, y tiene sello platense, con varios de sus integrantes habiendo nacido en nuestra ciudad o surgido de las aulas de la UNLP. Entre ellos, Sebastián Gaspari, el encargado de sincronizar los efectos 4D de las películas para las salas de Lumma en todo el mundo.
Gaspari trabajaba en publicidad y hacía música cuando Sebastián Franco le golpeó las puertas: estaba diseñando las butacas con efectos y quería sumar a Gaspari al equipo. Era todavía los albores de lo que sería el 4D E-Motion, nombre que llevan las salas montadas por Lumma, fundada por Gabriel Castarés, Antonela Salvador, Sebastián Franco y su hermano Marcos, en distintas partes del mundo, incluida nuestra ciudad, y en las cuales se pueden ver las grandes películas de Hollywood con efectos como movimiento, aromas y viento: la idea era por entonces crear la tecnología, todavía muy nueva en el mundo, y viajar a Estados Unidos para mostrar su producto a los grandes estudios y lograr así que les otorguen sus películas para sincronizar.
“Como no tenía nada que me ate, accedí”, cuenta Gaspari, que apenas unos meses después ya estaba instalado en Los Angeles, donde vive hoy, a cinco minutos de los estudios Disney. La cercanía, cuenta en diálogo con EL DIA, era crucial, primero para tejer contactos, segundo porque a veces, por seguridad, las películas a sincronizar no pueden dejar los estudios, y en tercer lugar porque las empresas dueñas de las películas realizan, una vez sincronizados los efectos a las películas, un control de calidad.
¿Cómo es, entonces, el proceso? El 4D E-Motion es un sistema que pone como eje al espectador, a quien se estimula con diferentes efectos especiales y movimientos, en completa sincronización con el relato audiovisual: “La butaca se puede mover para los costados y hacia arriba, hay vibradores en el asiento, cuatro aromas diferentes, y air shots, que te pegan en la cara y el cuello, cuando por ejemplo te pega una bala, luces, viento y bass shaker, que va con el bajo del sonido”, explica Gaspari.
Por un lado, este sistema tiene una parte de ingeniería: la creación de la tecnología que vibra junto a las películas se realiza completamente en Argentina, y desde aquí parten a diferentes lugares del mundo, donde se montan las salas 4D E-Motion. Por otra parte, está la pata artística: “Los estudios nos mandan la película un mes antes del estreno: la recibo y me pongo a trabajar, cuadro por cuadro, con la película, aplicando los efectos”, explica Gaspari, que realiza la sincronización de los efectos 4D para las salas de Lumma, dispersas por todo América Latina y también presentes en Medio Oriente. En nuestro subcontinente, explica Gaspari, han ganado tracción respecto a sus competidores porque “todos los cines que hicimos son de tope de gama, mientras la competencia vende en América Latina salas menos sofisticadas”.
La competencia son dos empresas, una de capital coreano y otra estadounidense que, se enorgullece Gaspari, han intentado en numerosas convenciones conocer los secretos de su forma de sincronizar. El secreto, confiesa él, está en trabajar dentro de un equipo que incluye cineastas, preocupados por no intervenir en la película más allá de lo necesario y en crear una experiencia disfrutable, “y no un parque de diversiones”.
“Al tener gente que conoce de cine”, dice Gaspari, “tratamos de invadir lo menos posible la película: tenemos luces, pero no te encandilan, y lo mismo los efectos, no tenemos humo porque queda en la sala…”
Pulir ese balance fue, claro, parte de un largo proceso: “Antes de mostrarles el producto a los estudios, pasamos mucho tiempo probando todo tipo de cosas con Antonela y Sebastián Franco, hasta armar un criterio propio”, recuerda Gaspari. “Había que pensar qué se sincroniza, qué no, en qué momentos intervenir, en cuáles no, intentando siempre privilegiar la historia. Queríamos evitar que sea un samba: siempre intentamos que la gente disfrute, que cuando haya acción te vuele la cabeza, pero que no sea todo el tiempo”.
“En tu casa, con un buen proyector, buen sonido, vos ya podés ver cualquier película con gran calidad. Entonces, el cine tiene que ofrecer un diferencial”
Sebastián Gaspari,
Encargado de la sincronización de efectos 4D de Lumma
El objetivo era diseñar una experiencia inmersiva: “La idea es vivir la película, con un plus, sentirte parte de la película, no que los efectos te saquen de la película”, sigue Gaspari. Y luego aparecieron los estudios, que sumaron también su mirada y cambiaron más la mirada de Lumma. “Cada estudio tiene sus preferencias: a algunos les gustan más los aromas, a otros los vuelos de cámara. Uno ya va conociendo los estudios y trabaja de esa manera”, relata.
Y no solo cambia la cuestión según el estudio, también según el género: “A las películas para chicos les metemos de todo: vos querés que le tire agua diez veces, que le tire aromas. pero un drama, o una película de acción, es diferente. Cada película tiene su público”, dice Gaspari, y al decirlo recuerda su experiencia sincronizando “Star Wars”, franquicia de virulentos fanáticos con la que tuvo que trabajar en el mismísimo estudio de Disney porque la cinta no podía salir del lugar. “Sincronizo todas las películas con la misma seriedad… pero las películas que tienen su público, y que el público las está esperando, hay un poco de miedo”, reconoce Gaspari, y cuenta que como parte del proceso entra a Twitter y toma nota de la respuesta de la gente, y así también “voy conociendo de qué se queja el público de cada película”.
También los estudios tienen notas para Gaspari: una vez terminada la sincronización, cuenta, llega la hora del control de calidad, en la que los productores “se sientan conmigo, ven toda la película, sugieren probar alguna cosa nueva”. Y, sobre todo al principio, cuando la empresa era todavía nueva y la tecnología también, había mucho ceño fruncido.
“Ellos estaban acostumbrados al cine tradicional, pero han tenido que adaptarse a ver un formato nuevo”, opina Gaspari. “Con la pandemia, lo que buscan hoy los cines es ofrecer una experiencia diferente. En tu casa, con un buen proyector, buen sonido, vos ya podés ver cualquier película con gran calidad. Entonces, el cine tiene que ofrecer un diferencial”.
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