Tractorazo de productores rurales, que marchan contra el Gobierno: recorrido y puntos de encuentro
Edición Impresa | 23 de Abril de 2022 | 03:17

Enemistado una vez más con el Gobierno nacional, el sector rural protestará hoy en la Ciudad de Buenos Aires en la búsqueda de un efecto amplificador de sus reclamos. Será un “tractorazo” impulsado por productores de base, que marcharán por las avenidas Libertador y 9 de Julio para concluir en una concentración en la Plaza de Mayo. Si bien la la hora central del acto frente a la Casa Rosada está prevista para las 15, las movilizaciones comenzarán antes del mediodía, por lo que se espera un intenso tránsito.
En tanto, informaron que los puntos de encuentro de las camionetas y vehículos particulares será en el cruce de las rutas nacionales 8 y 9 con la 193. De ahí y por Panamericana, partirán hacia Udaondo y Avenida del Libertador donde, en caravana, se juntarán con los tractores para marchar hasta Plaza de Mayo.
Ayer a la tarde habían comenzado a llegar a la Capital los tractores, cargados en camiones transportadores. La protesta no es convocada ni tiene el aval oficial de la llamada Mesa de Enlace nacional, que reúne a cuatro entidades rurales grandes (Federación Agraria, Coninagro, Sociedad Rural y CRA), pero sí participarán varios de sus miembros a título personal e incluso delegaciones provinciales de esas instituciones. Según los organizadores, la movida cuenta con el apoyo de 200 entidades pequeñas vinculadas al campo.
Mala relación
Motoriza la marcha el enojo por lo que los productores estiman como políticas oficiales adversas hacia el sector. Es, en verdad, la resultante de la histórica mala relación entre el kirchnerismo y los ruralistas, a lo que se suman un par de datos coyunturales. Como el faltante de gasoil -un insumo clave para la producción agropecuaria-, la brecha entre el dólar oficial, al que se liquidan las retenciones a las exportaciones de granos, y el paralelo, y el aumento de la presión impositiva.
En este sentido, la última suba de tres puntos porcentuales en las retenciones a los productos derivados de la soja, como harina y aceites (se fueron al 33 por ciento), parece haber actuado como detonante de la protesta. Que, además, tiene mucho de desconfianza sobre lo que vendrá: los ruralistas sospechan que el Gobierno continuará aumentado la presión tributaria sobre el sector, al que presentan como al borde de la pérdida de rentabilidad.
A modo de refutación, en el oficialismo sostienen que el campo ha sido beneficiado por el fuerte incremento del precio internacional de los alimentos y granos debido a la guerra en Ucrania (ese país y Rusia son grandes productores) y que casi no tiene motivos para quejarse.
La idea del impuesto a la “renta inesperada”, que mira al ruralismo como uno de los posibles sectores a gravar, generó más efervescencia, aunque es probable que esa iniciativa nunca se convierta en ley porque el oficialismo tendrá serios problemas para aprobarla en el Congreso.
Según los chacareros, la protesta -que de acuerdo a la vocera presidencial, Gabriela Cerruti es “absolutamente política”- se hará en un día del fin de semana para alterar lo menos posible la vida de los habitantes de la CABA. Una forma de diferenciarse de los piqueteros duros, que suelen marchar en días hábiles.
Idas y vueltas
Pero el clima previo se tornó levemente hostil el jueves, a raíz de declaraciones del ministro de Seguridad nacional, Aníbal Fernández, quien dijo, desafiante, que los ruralistas “ni sueñen” con entrar los tractores a la Ciudad. Como diciendo: “No los vamos a dejar”.
Veinticuatro horas después, ayer al mediodía, Aníbal reculó bastante. Aclaró que el Gobierno nacional no estará involucrado en el operativo de prevención. “Nosotros no tenemos jurisdicción sobre la Ciudad de Buenos Aires, nos ocupamos solamente de los espacios federales”, dijo en una rueda de prensa. “Somos responsables de Casa de Gobierno y de la Catedral”, aclaró. Venía de reunirse con el presidente Alberto Fernández, quien acaso le haya recomendado que deje hacer al campo, para evitar que aumente el malestar ya existente y para que la oposición no capitalice ese descontento.
De hecho, a modo de respuesta a aquellas declaraciones desafiantes de Aníbal del jueves, un grupo de dirigentes de Juntos había presentado una acción de amparo para “garantizar” que los tractores -un símbolo del ruralismo- pudieran circular hoy de manera libre por las calles porteñas. Entre otros, firmaron el pedido Waldo Wolf, Ricardo López Murphy y Pablo Torello.
Según reveló Aníbal frente a la prensa, ayer habló con su par de Seguridad de la CABA, Marcelo D’Alessandro y éste le dijo que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta había autorizado el ingreso de los tractores a la Ciudad. “Entonces ya no tenemos nada que hacer nosotros”, dijo.
Inmediatamente, D’Alessandro recogió el guante y salió a enredarse dialécticamente con Aníbal. Le dijo al portal Infobae: “Los derechos no se autorizan y en la Ciudad las reglas son las mismas para todos: el derecho a reclamar y peticionar a las autoridades está en la Constitución Nacional. Nosotros no podemos prohibirlo, pero estamos trabajando para ordenarlo y garantizar que ese derecho no colisione con el derecho a circular de las 3.000.000 de personas que viven en CABA y los otros 3.000.000 que ingresan diariamente”.
El funcionario porteño explicó que los ruralistas pidieron el permiso correspondiente y se comprometieron a no obstruir la circulación. Pero que la autorización gubernamental no implica un aval político a la marcha. Fue un modo de refutar cierta jugarreta discursiva de voceros del albertismo que intentaron presentar a un Larreta apoyando la protesta rural pero no a las manifestaciones que hacen los sectores sociales pobres, pidiendo comida y más planes.
“La 125”
Aníbal también protagonizó otro cruce, si se quiere, chicanero. Fue con Luis Etchevehere, ex titular de la Sociedad Rural y ex ministro de Agricultura de Mauricio Macri.
Con un argumento medio tirado de los pelos, Etchevehere había dicho que esta protesta rural de hoy se parece a la reacción por la resolución 125, aquella pelea del 2008 durante la presidencia de Cristina Kirchner por las retenciones móviles. A lo que Fernández retrucó: “La 125 la hizo Martín Lousteau. ¿Por qué no le preguntan a él que está con ellos?”. Lousteau, que en esa época era el ministro de Economía, actualmente es senador por Juntos y una de las promesas del radicalismo. Pirotecnia verbal pura.
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