La compra del año y los problemas de siempre

Edición Impresa

Raúl Martínez Fazzalari *

La noticia sobre la compra de Twitter ha sido el titular de los diarios del mundo. La relevancia de la plataforma adquirida por Elon Musk, no solo por su cifra, una de las más altas en los procesos de adquisidores de la historia, sino por sus millones de usuarios, demuestra el valor intrínseco que poseen las redes de comunicación instantánea. Luego del anuncio de la operación surgen las preguntas, que desde el origen de Internet están latentes. Y en particular, cómo la nueva administración de Musk gestionará la de su propiedad: ¿Libre participación de usuarios o control centralizado por parte de la empresa? ¿Libertad a todo tipo de mensajes? ¿Control y privacidad? ¿Se prohibirá a determinados usuarios su uso? ¿Y sobre qué criterios? ¿Cómo se moderarán los contenidos subidos? ¿Habrá más apertura a los algoritmos?

Los términos y condiciones de uso son las condiciones que aceptamos para utilizar las redes. Estas son fijadas unilateralmente por las empresas y podrían compararse a un contrato de adhesión. Ahí se determina y establece la moderación de los contenidos, imágenes y lenguaje.

Las acciones delictivas que acontecen en redes, como el bullyng, la suplantación de identidades, el hostigamiento, los discursos de odio, los fraudes, seguirán ocurriendo. Estas conductas, si bien están contempladas en los marcos normativos del mundo real, en el ámbito virtual se torna dificultoso su resolución cuando no imposible, ya que la aplicación de las normas que regulan nuestra vida social se dificulta en Internet, donde las fronteras o la centralidad legislativa no existen.

¿Musk hará algún cambio para el uso de Twitter? No lo sabemos y esto se suma a las preguntas que tenemos desde siempre.

* Abogado especialista en nuevas tecnologías

 

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