Brusco giro de Moscú, que ahora cambia de estrategia y mira al este

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Tras encontrar feroz resistencia en Kiev y en otras ciudades grandes del norte de Ucrania, Rusia está replanteando su estrategia y enfocándose en el sector oriental del país, con la esperanza de afianzar su control de esa región clave para luego poder dictar los términos de un fin de los combates.

Las fuerzas rusas preparan un ataque en gran escala en el corazón industrial de Ucrania, la región de Donbás. Cuando las fuerzas rusas invadieron Ucrania por el norte, el este y el sur el 24 de febrero, el presidente Vladimir Putin daba por descontada una rápida victoria, similar a la del 2014, cuando anexó la península de Crimea.

Pero las unidades que entraron por el norte, desde Bielorrusia, aliado de Moscú, a las afueras de Kiev, chocaron con una férrea defensa ucraniana. Hubo varios intentos fallidos de tomar la capital y otras ciudades grandes del norte. Los ataques aéreos causaron muchas bajas civiles y dañaron la infraestructura, pero la resistencia ucraniana usó con gran efectividad el fuego de artillería y drones para atacar los vehículos rusos, generando numerosos problemas logísticos para Moscú. El 29 de marzo, Rusia decidió mermar su ofensiva en Kiev y Chernigov, para concentrarse en la “liberación” de Donbás (de mayoría ruso-hablante), donde operan grupos separatistas desde 2014, cuando Rusia anexó Crimea.

Ucrania y Occidente dicen que Rusia planea rodear con decenas de miles de soldados ucranianos a Donbás, desplazando unidades desde Izyum, cerca de Járkov, en el norte, y el puerto de Mariúpol (que le garantiza un corredor costero hacia Crimea), en el sur. El momento de la ofensiva dependería de qué tan rápido los rusos tengan control pleno de Mariúpol, y del tiempo que necesiten para reorganizarse. (AP)

 

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