Establecimientos cerrados, achiques y una morosidad que todavía se nota

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Entre las dificultades de algunas familias para poder seguir pagando las cuotas y la interrupción de la presencialidad, el impacto económico de la pandemia sobre la educación privada fue grande, sobre todo en el nivel inicial. En los dos últimos años, unos setenta jardines cerraron en la Provincia, muchos otros debieron reducir su estructura y todos los niveles se vieron forzados a asumir una morosidad sin antecedentes que aún se hace sentir.

“En el primer año de la pandemia la morosidad llegó al 70 por ciento; en parte, por las dificultades económicas que debieron enfrentar muchas familias, pero también porque las escuelas estaban cerradas y al no darse un servicio presencial muchos dejaron de pagar. El sector más afectado fue sin duda el inicial. Unos setenta jardines terminaran cerrando, otros debieran achicar salas, y los establecimientos de todos los nivel hicieron malabares para subsistir”; resumen desde la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de la Provincia.

“La baja en la matricula fue significativa en el nivel inicial. De hecho hubo un montón de establecimientos de nivel inicial que cerraron –cuentan también en Colegio Del Sol-. El nivel inicial fue el más castigado; en los otros dos niveles, el económico no es un factor para dejar que un chico se vaya del colegio. Se dieron un montón de becas y lo cierto es que tuvimos la suerte de que la comunidad de padres se comprometió para hacer su parte. Los que podían pagar nunca pagaron tan a término pero lo cierto es que incluso hoy son muchos menos los que pagan porque hubo que becar a decenas de chicos para que pudieran seguir, porque sus familias no podían ya afrontar la cuota. A algunos la pandemia los destrozó”.

“Obviamente el 2020, a diferencia de otros años, dejó a muchas personas con deuda –detallan desde el Colegio Sagrada Familia-. Esto hizo que el 2021 fuera difícil y calculamos que el 2022 todavía dejará rezagos. Para solventar la situación se otorgaron muchas becas y realizamos convenios de pago que congelaron las deudas. Nuestro colegio sigue acompañando a las familias que lo requieren”, señalan desde la institución.

“Como ocurrió en la sociedad en general, donde hubo actividades que se vieron más afectadas económicamente que otras por la pandemia, también se dio en nuestra comunidad. Desde el principio se notó un aumento en la morosidad, pero también hubo una respuesta muy buena por parte de las familias en su compromiso por entender que con la cuota se pagan los sueldos y las obligaciones que tienen las instituciones”, resaltan desde el Colegio Crisol.

 

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