Tropas rusas pelean con rifles Mosin del siglo XIX

A la escasez de alimentos y agua potable se suma la precariedad de las armas de fuego de carga manual que les dieron para luchar

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Según informes, el ejército de Rusia está enviando soldados a luchar a Ucrania con armas desarrolladas a fines del siglo XIX. Por caso, en la región prorrusa de Donbás, los reclutas fueron mandados a la primera línea de fuego con rifles de carga manual llamados Mosin, armas que datan de la Segunda Guerra Mundial.

Las fuerzas de Vladimir Putin han luchado contra la feroz resistencia ucraniana y un suministro constante de armamento moderno de los aliados occidentales.

Después de más de dos meses de guerra, Moscú solo ha reclamado ganancias territoriales limitadas y ha registrado pérdidas significativas en términos de vehículos, armas y tropas.

La OTAN estima que al menos 15.000 soldados rusos pueden haber muerto en los combates, mientras que Kiev afirma que el número de muertos podría haber superado los 20.000.

Habiendo sufrido grandes pérdidas, se supo que el ejército de Rusia ha llamado a voluntarios a punto de jubilarse para que se presenten como reservistas.

Los medios rusos indicaron que la fuerza de reservistas ampliada era necesaria para cumplir una amplia gama de roles en el campo de batalla, incluidos comandantes de tanques, francotiradores e ingenieros, y el ejército apuntaba a reclutar voluntarios de hasta 60 años.

El tema de la participación de los reclutas en la campaña militar de Rusia con Ucrania es muy delicado. A principios de marzo, el Ministerio de Defensa ruso reconoció que algunos habían sido enviados a Ucrania después de que Putin lo negara en varias ocasiones, diciendo que solo habían enviado soldados y oficiales profesionales.

Todos los hombres rusos de entre 18 y 27 años deben servir un año en el ejército, pero muchos evitan el servicio por razones de salud o aplazamientos otorgados a estudiantes universitarios.

En cuanto al uso de los rifles Mosin para combatir en el Donbás, estas armas fueron desarrolladas en la década de 1880 y dejaron de usarse hace décadas, en los años 1960. Pero se ha visto que varios reclutas rusos tenían estos viejos pertrechos mientras luchaban en Ucrania.

En los más de 80 días desde que Rusia amplió su guerra contra la exrepública soviética, el ejército del Kremlin ha perdido un tercio de sus fuerzas, según el Ministerio de Defensa del Reino Unido.

Son decenas de miles de soldados, marineros y aviadores muertos, además de miles de vehículos blindados destrozados, una docena de barcos y barcos hundidos o dañados y más de cien aviones derribados. Las grandes pérdidas están contribuyendo a una espiral de disminución de la efectividad del combate y a un desánimo de los soldados que va en aumento. A medida que Rusia descarta más y más de su mejor armamento y entierra más de sus tropas mejor entrenadas, cuenta cada vez más con armas viejas y tropas poco preparadas para sostener su esfuerzo de guerra.

Pero las armas obsoletas y las tropas de segundo nivel explotan y mueren incluso más rápido que las armas y tropas modernas y de primera línea que reemplazaron. No en vano, con cada semana que pasa, el Kremlin reduce sus objetivos de guerra, según analistas.

Diferentes fuentes han descripto, además, que las tropas rusas deben lidiar con la escasez o ausencia de comida y agua potable. Las raciones de alimentos destinadas a un solo hombre se reparten entre varios y las unidades de combate tienen que buscar comida en la basura, y hasta beber agua “con ranas muertas”, según contaron.

 

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