Tomás Quintín Palma: “Me gusta que se rompa todo”
Edición Impresa | 2 de Mayo de 2022 | 03:14

Streamer, humorista, entrevistador, periodista: todas estas etiquetas sirven para describir a Tomás Quintín Palma, el rosarino que el gran público recuerda por su entrevista al presidente Alberto Fernández el año pasado, pero que desarrolla hace años una carrera ecléctica y libre. De hecho, Tomás nació dentro del arte, en una familia de payasos.
Y de eso habla un poco “La violencia es ternura”, el espectáculo que trae a La Plata el 12 de mayo para presentarlo en la sala de 43 entre 7 y 8, relato de ese viaje de fuga de su hogar donde todos andaban cargados de pelucas, goma espuma, y dientes gigantes, hacia la capital federal, el viaje de alguien que huye pero que nunca se ha ido.
“Piripincho es un payaso muy famoso en Rosario. Es conocido. Y mi familia es parte de ese elenco. Mi viejo, mi vieja, todos disfrazados con pelucas, narices. Una familia de payasos. Me crié en esa locura. Y el juego del show es que soy la oveja negra de todo eso. Siempre quise escaparme. Salir corriendo de los artistas. Moría por la seriedad, moría por un saco una corbata sobria de un mismo talle”, relata en diálogo con EL DIA Quintín Palma.
Un show donde no se verá lo que Tomás muestra en las redes: “No tiene nada que ver algo en vivo con las redes. Puede llegar a trasladarse algún aire de lo que es la persona, o de lo que labura, pero es ínfimo a comparación con el vivo. Ya el teatro en sí mismo tiene un ritual mucho más anterior a mi existencia que opera ahí en el lugar”.
Lo que va a ver el público platense, dice, “es la búsqueda artística de un show. Estamos en eso. Hicimos casi 10 funciones, salieron de distintas maneras. Y todo el tiempo se va reinventando”. En el espectáculo, con dirección de Toto Castiñeiras y la música de Pol Medina, trabaja su hermano, que hace de uno de los dos payasos de su familia, con vestuarios de los 80, “un flash, un viaje en el tiempo”, donde “muchas veces suceden cosas que yo no puedo controlar. Tipo quiero ser ácido y me sale tierno. O cualquier cosa. Es muy loca la experiencia, ese viaje. Por momentos saltamos al vacío al hacerlo y es un delirio hermoso ser parte de eso. Me gustaría en algún momento aprender a narrar, ser un narrador hecho y derecho”.
El narrador se agregaría, en todo caso, a la larga lista de habilidades de Tomás Quintín Palma, tiktokero, instagramer, protagonista de un programa cómico en la TV Pública el año pasado. “Soy tantas cosas porque no soy ninguna en particular. La verdad que estudié mil cosas y no pude terminar nada. Las cosas se me van de las manos. Un poco por ansiedad, otra cosa de curioso, la verdad que es electrizante la aventura de estar vivo y soy muy inquieto”, cuenta.
“Así que no hay nada de lo que soy en redes pero también soy ese chabón. También tengo mis desenchufes y toda una vida con la cámara apagada. Pero siempre, en algún lugar, es para cargar gasolina y volver al escenario”, agrega.
- Hablando de redes de nuevo, desde ese espacio parecen haber aparecido nuevas formas de humor y nuevas formas de entrevistar también, ¿lo ves así? Como que han venido a romper ciertas estructuras?
- Me encanta que se rompa todo, el lenguaje los formatos las cosas. Romperse es encantador. Así que siempre voy a estar a favor de las pequeñas revoluciones. Siempre hay algo que se mantiene: una buena idea. O algo para decir.
- Se te ve disfrutar mucho de tu rol del entrevistador, de los diálogos que surgen, ¿cuál es para vos la clave de ser un buen entrevistador?
- Escuchar y no estar pensando en la pregunta que querés hacer. A mí me gustó mucho no poder preguntar cosas que quería preguntar. Fue clave. Prestar atención me sacó de mí, redujo la ansiedad, y fui viajando con ese otro. En una entrevista si al entrevistador se lo escucha poco es que la cosa está saliendo bien. Con el Pepe Mujica casi me largo a llorar, pero fue mucho por haber puesto ahí mi corazón en la oreja. En la escucha. El mundo puede ser muy rico si le prestas atención. Hay de todo. La otra noche ví a un chico con una máscara de Spiderman caminando con su mamá por la vereda. Le dije que lo envidiaba mucho y me saqué una foto con él. “Mi sueño es trepar paredes”, le susurré al oído mientras nos sacabamos la foto. Cruzó la vereda y estaba con el pecho hinchado. Me hizo el gestito de tirar la telaraña con la mano. Esa noche ese pibe quizás no se sacó la máscara. Durmió con ella. Se fue a dormir siendo más superhéroe que ayer.
- Dentro de ese rol de entrevistador, te tocó hablar con el presidente, lo cual hizo mucho ruido, lógicamente. ¿Cómo tomaste las repercusiones?
- Zarpado. En Rosario todos enloquecidos. Llegaste. Palabras asi. Que andá a saber que mierda significan (risas). Fue loco porque muchos se enteraron que yo seguía vivo jajaja. Amigos de la escuela. Compañeros de la primaria. A mis viejos le llegaban mensajes de felicitaciones. Es muy loca la figura presidencial. Fue muy emotivo. Le estoy muy agradecido a Claudio Villaruel por ese gesto de ponerme ahí a laburar en Olivos aquella tarde gloriosa para mí.
- ¿Qué preguntas le harías hoy, un año después, a Alberto?
- Tengo mucho para preguntarle. No sé cual decir. Le preguntaría cuál de los Simuladores cree que es. Y cuál de los Simuladores le gustaría ser.
- El otro momento icónico de tu carrera de entrevistador, Jack Black. ¿Cómo conseguiste semejante personaje? ¿Qué significó para vos?
- La nota fue gracias a Lucía Fernandez Civico, una docente universitaria de Rosario. Ella labura haciendo podcasts, producciones radiofónicas, y es una amiga. Capa total. Hicimos un ciclo de entrevistas para Usina Social. Un espacio buenísimo que fomenta la cultura a full ahí en mi ciudad, y locamente llegamos a Jack. ¡Se llama Thomas! Lucía tuvo un docente que se llama Jeff. Este docente fue clave en la vida de Jack Black. Y gracias a la docencia, a ese legado que dejan los maestros tan fuerte. Jack aceptó el pedido de Jeff. Y Jeff acercó a Lucía esa posibilidad. Charlamos durante una hora. Se puede ver en YouTube, y el otro día me puso a seguir en Instagram. Así que no la puedo creer. Todos los días me fijo de que no me haya dejado de seguir!!! jajaja
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