El acoso escolar y el rol que debieran cumplir los padres con sus hijos

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No pueden sino causar preocupación las nuevas referencias obtenidas sobre el fenómeno del acoso escolar que se produce en los colegios en perjuicio de los chicos, a partir de un informe publicado recientemente por la Unesco revelador de que más del 30 por ciento de los alumnos han sido víctimas de acoso. En la mayoría de los casos esa situación ha tenido para ellos consecuencias en su rendimiento escolar además de dejarles profundas secuelas a nivel emocional. Añadió el trabajo.

Tales evidencias quedaron reflejadas en el artículo publicado ayer en este diario, que centró su texto en los consejos que distintos especialistas ofrecieron a los padres de los alumnos, destinados a inducirlos a escuchar con mayor atención a sus hijos. Por lo pronto, advirtieron que se trata de un porcentaje mucho mayor al que la mayoría de los padres llega a visibilizar, lo que habla de las dificultades que tienen los adultos para entrar en contacto con este tipo de situación.

“Las causas de que un niño o niña esté hostigando a otro son múltiples; pueden reflejar problemas a nivel familiar, pero también puede deberse a otros motivos. En cualquier caso, como padres es muy difícil darnos cuenta de que alguno de nuestros hijos o hijas está manifestando conductas de agresión o maltrato hacia los demás”, advirtió uno de los especialistas.

Agregó asimismo que “el niño o niña que en un grupo cumple el rol de acosador, puede ser víctima de violencia en otro espacio; a su vez una víctima puede tomar el rol de acosador en otro ámbito. El núcleo familiar influye sobremanera en la forma que ellos se vinculan y forman lazos con el otro, la escuela es el espacio por excelencia en donde el niño y la niña se encuentran con lo no familiar, y también donde expresan sus dramas íntimos”, explicó.

Lo cierto es que hablar de acoso escolar con los hijos no siempre es fácil, lo que suele conducir a que se postergue indefinidamente su abordaje, señalan desde el Equipo Anti Bullying Argentina (ABA) una organización que volvió a difundir algunas orientaciones o sugerencias para abordarlo de manera eficaz.

“La apariencia física, las diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, además del género, son algunos de los impulsos que generan el acoso, fundamentalmente atacando el hecho de no responder a las normas mayoritariamente aceptadas y a los estereotipos establecidos en cuanto al estatus social, género o algún impedimento físico concreto”, dijo una integrante de la Unesco.

Maltrato, discriminación, insultos, marginación: tal como se indicó, el acoso se registra de diferentes formas y encuentra nuevos canales de la mano de las tecnologías emergentes y las redes sociales. Entre los comportamientos más renombrados dentro del fenómeno del cyberbullying, se puede incluir la difusión de rumores, la publicación de información falsa o mensajes desagradables, comentarios o fotos embarazosas, o bien excluir a alguien de las redes online u otras comunicaciones.

Lo importante es que, en el universo educativo, se le asigne a este problema la importancia que verdaderamente tiene, sin minimizarlo ni considerarlo una “cosa normal entre los chicos”.

Para abordarlo también se necesita una especial capacitación en los planteles docentes porque muchas veces, la intervención de los adultos suele agravar las cosas. Allí también resulta esencial la presencia y el interés que pongan los padres y responsables de los chicos.

 

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