La exclusión joven: más femenina y de barrios vulnerables
Edición Impresa | 29 de Mayo de 2022 | 05:46

Carencias. Falta de contención. Ausencia de perspectiva. Estos son algunos de los rasgos que caracterizan el día a día de los jóvenes que en la Región no estudian ni trabajan. Un universo que alcanza a uno de cada cuatro personas de entre 18 y 24 años. El impacto de esta situación se agravó con la pandemia y afecta especialmente a mujeres y jóvenes de hogares vulnerables.
Así surge de un estudio elaborado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) y difundido durante la última semana.
Muchos son los problemas que los expertos detectan detrás de esta situación, que ya se considera estructural.
Entre ellos se destaca el peso del cambio tecnológico, la incapacidad del Estado para encontrar respuestas eficaces a la inserción de los jóvenes y la actitud del sector empresario, muchas veces incapaces de conectar con las búsquedas y los intereses de los jóvenes.
Atendiendo al lugar de mayor vulnerabilidad que en este escenario ocupan mujeres y jóvenes pertenecientes a hogares pobres, dirigentes de entidades de la sociedad civil platenses consultados por este diario destacan la concurrencia de otros factores que se suman a los mencionados.
En el caso de los jóvenes de hogares vulnerables el primero que se menciona es la falta de llegada de oportunidades a los barrios a través de la capacitación, según afirma Pablo Pérez desde la ONG La Plata Solidaria (ver aparte).
Para Flavia Centurión, abogada y presidenta de la ONG Las Mirabal, en tanto, el impacto mayor de la exclusión laboral y educativa entre las mujeres se explica sobre todo por la persistencia de un modelo patriarcal que relega a muchas de éstas a tareas de cuidado (ver aparte).
Pero en uno y otro caso pesa otro factor que los dirigentes consultados destacan especialmente: es el impacto de los embarazos adolescentes y maternidades y paternidades tempranas que dificultan el acceso tanto al sistema educativo como al laboral.
El informe de la uca
El informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) indica que más de la mitad de los jóvenes de entre 18 y 24 años en el país se encuentran excluidos del sistema educativo y que 1 de cada 4 no estudia ni trabaja de manera remunerada.
Bajo el título “Jóvenes de 18 a 24 años que no estudian ni trabajan en la Argentina urbana pre-post pandemia (2017-2021)”, el trabajo indica a su vez que aunque durante la pandemia se registró una mejora en la situación educativa de los jóvenes de 18-24 años (al menos en cobertura), una vez superada la crisis, “el déficit educativo empeora con niveles todavía por sobre los registrados” antes del Covid-19.
“Si bien la pandemia produjo una leve mejora en la escolarización de los jóvenes, a finales de 2021, sólo el 48,3% de ellos estudiaba o ya había terminado estudios terciarios o universitarios. Por lo que los excluidos del sistema educativo representan más de 5 de cada 10 jóvenes a nivel nacional”, agrega el estudio.
Sostiene seguidamente que “al mismo tiempo, sin muchos cambios antes o después de la crisis por Covid-19, de manera persistente, entre 2017 a 2021, más del 25% (1 de cada 4 jóvenes) no estudia ni trabaja de manera remunerada”.
Más mujeres que varones
El trabajo hace también una segmentación por género, de la que surge como principal conclusión que “el porcentaje de mujeres que se encuentran doblemente excluidas, es decir, que no trabajan de manera remunerada ni estudian, es 10 puntos porcentuales mayor que entre sus pares varones”.
Así, aunque con relativa reducción postpandemia, “duplican de manera estructural a sus pares varones (20% versus 10%, respectivamente, durante el 2021)”.
El estudio agrega que “esta situación se reproduce de manera agravada cuando incluimos a los desocupados en el déficit: 3 de cada 10 jóvenes mujeres (22,9%), versus 2 de cada 10 jóvenes varones (30%) no estudian ni trabajan de manera remunerada”.
Con todo, el informe concluye también que es entre las mujeres donde se registra el mayor índice de escolarización o terminalidad educativa “en 2021, superando a los varones (42,1%), el 54,6% de ellas terminó estudios terciarios o continuaba estudiando secundario o terciario”.
Exclusión y pobreza
Del informe surge también que el impacto de la exclusión es significativamente mayor entre aquellos jóvenes que viven en situación de vulnerabilidad: los estratos de obreros integrados y trabajadores marginales en relación a los sectores medio profesionales y medio no profesionales.
“Alrededor de 2 cada 10 jóvenes de hogares de estrato trabajador marginal no estudian ni trabajan ni buscan empleo en el 2021, concluye el informe.
El informe agrega que “esta múltiple exclusión sólo mejoró en la postpandemia en los hogares de trabajadores marginales por aumentos en la búsqueda de empleo, mientras que la situación tendió a volver a los déficit pre pandemia para los jóvenes de hogares obreros integrados”.
Se indica además que “la situación general no parece haber cambiado mucho con la pandemia salvo en el agravamientos de esta situación de exclusión entre los jóvenes de estratos marginales,. En este segmento, más de 4 de cada 10 jóvenes sufren esta doble exclusión (45,5%).
Como contrapartida, las mayores mejoras durante el período tuvieron lugar entre los jóvenes de hogares de clases medias profesionales.
En ese sector es, precisamente donde la tasa de exclusión cayó de 8,9 a 2,4% en el lapso analizado, según concluye el estudio de la UCA.
Más de la mitad de los jóvenes de 18 a 24 se encuentran excluidos del sistema educativo
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