VIDEO. “Suponemos que encontró algún mensaje que desató su furia”
Edición Impresa | 4 de Mayo de 2022 | 03:02

En medio de la conmoción por el crimen de Patricia Aybar, Luis, un comerciante del barrio, le contó a El DIA los momentos posteriores al hecho, en los cuales la hija de la víctima corrió a pedirles ayuda a él y a su esposa.
“Mi papá mató a mi mamá”, habrían sido las palabras de la joven, en medio de en un estado de shock y entre lágrimas.
Esa tarde, Luis se encontraba en su comercio ubicado justo enfrente de la vivienda donde ocurrió el brutal femicidio.
“Eran las cuatro de la tarde. Estábamos con mi esposa cuando Agustina se cruzó al local corriendo y en pánico. Llorando me dijo ‘mi papá mató a mi mamá’. Yo pensé que le habían robado, por el estado en el que estaba”, sostuvo el comerciante.
“Después nos contó que ambos tenían problemas que vienen de larga data”, mencionó.
Entre lágrimas, la hija le reveló a Luis que había estado llamando toda la tarde a su madre y ella no le respondía, pero “la veía en línea”. Fue en ese momento que sospecharon que “El Puma” (apodo del implicado) “estaba con su celular, seguramente revisando el WhatsApp”.
De acuerdo a esa información, Luis supone que el hombre “encontró algún mensaje que desató su furia”.
“Cuando la vimos a Agustina en ese estado le pedimos que se tranquilice y que piense en su bebé, ya que está embarazada, pero entiendo que ver a tu mamá muerta no es para nada lindo”, agregó.
El barrio todavía no sale de la perturbación, y los vecinos aseguran que “no había pasado nunca un caso parecido. Hay problemas y robos como en otras partes, pero algo de estas características, nunca”.
“Nos sorprendimos, no lo podíamos creer. A la mujer la conocíamos porque era clienta, aunque no la veíamos tanto, pero su hija venía a comprar siempre”, agregó.
El hombre que socorrió a la hija de la víctima contó además que el sujeto vive a pocas cuadras de donde sucedió el hecho, en 70 y 121. Los vecinos de ese barrio tampoco salen del asombro, tras descubrir que “El Puma” había cometido semejante crimen.
“Siempre pasaba en bici, se compraba una botella con agua y miraba la casa”, dijo Luis, aunque no sospecharon nunca que estaba “vigilando” la propiedad.
Con el diario del lunes, el comerciante se dio cuenta que el hombre “merodeaba la casa” para “investigar” a la mujer. “Suponemos que veía si entraba o salía alguien, dijo.
“Ella hace dos meses que alquila esa casa, después de separarse. Pero él venía cada tanto, hacía mandados y le cocinaba. Ahora nos enteramos, por los relatos de Agustina, que tenían problemas. A mí me parecía un tipo copado, no percibimos que era violento”, manifestó Luis.
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