Acorralado y sin salida: cayó el presunto femicida de Barrio Jardín

En la Costanera de Quilmes, mirando fijo el horizonte y, sin decir palabra alguna, cayó “El Puma” José Luis Rodríguez, el hombre de 59 años acusado de darle muerte a golpes a la expareja en un departamento de nuestra ciudad.

El rastreo de su celular, a través de la apertura de antenas, permitió establecer su paradero, por lo que varios policías encubiertos comenzaron a recorrer ayer ese distrito, donde obtuvieron el testimonio del empleado de una confitería, que dijo haberlo visto y reconocido por las imágenes que circularon por los medios y las redes sociales.

A partir de ese relato, la detención fue cuestión de tiempo.

Se supo que Rodríguez incluso consultó por el precio de alquiler de una habitación de hotel, lo que a las claras evidenció una intención de abstraerse del accionar de la Justicia, que le había lanzado una orden de captura nacional e internacional.

La investigación, a cargo de la fiscal Cecilia Corfield, determinó que Rodríguez es autor de un “homicidio triplemente agravado por perpetrarse contra su expareja, en contexto de violencia de género y por alevosía, en los términos de los artículos 80 incisos 1°, 2°, 7° y 11° del Código Penal”, delito que prevé la pena de prisión perpetua.

En la jornada de hoy, “El Puma” Rodríguez será indagado como autor del asesinato de su expareja

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Sobre las circunstancias del ataque, sabido que Patricia Alejandra Aybar (56), la víctima, lo había dejado por “violento”, según contaron calificados voceros de la pesquisa, igual seguía en contacto con ella, ya que no lo había denunciado ni le interpuso medidas de restricción de acercamiento.

Fue en uno de esos encuentros, el del lunes pasado, que todo terminó de la peor manera.

Una confrontación como las tantas que tuvieron, por causas que ahora se intentan determinar, desencadenó una furia incontenible y el final anunciado.

Patricia Alejandra aybar, la mujer asesinada / Web

De acuerdo a la requisitoria fiscal, “a sabiendas de que la mencionada se hallaba en soledad e indefensa en el interior de la morada, ingresó a la misma -por Rodríguez- y, previo discutir con la referida, le propinó brutales golpes en su cabeza con un trozo de madera compacta, ocasionándole la muerte”.

Como se sabe, acto seguido, siempre siguiendo el lineamiento del planteo de la fiscal Corfield, “El Puma”, exfutbolista y pintor de obra, “se retiró raudamente del sitio a bordo del vehículo Peugeot 308 de color blanco en el que había arribado, no sin antes apoderarse ilegítimamente del aparato de telefonía celular de la víctima, ello, con la evidente finalidad, de lograr su impunidad...”.

Separada hace solo dos meses, Aybar, que tenía un taller de costura, pensó que así iba a poder salir del infierno en que vivía. Sin embargo, la realidad fue otra muy distinta.

Para la fiscal, en esta historia tétrica hubo un dato clave: Rodríguez sabía que la mujer iba a estar sola, porque su hija Agustina, que convivía con la madre, debía retirarse del domicilio.

“Actuó sobre seguro”, insistió la responsable a cargo de la UFI N° 1, al describir la adecuación típica de su conducta.

En cuanto a la autoría responsable, Corfield expresó que “debo exponer que la persuasión jurisdiccional que deriva en mi sincera e íntima convicción, se aposenta en una racional valoración del plexo probatorio que en modo alguno se ciñe a un examen parcial y desarticulado si no más bien a un estudio y valoración concatenada de la misma, armonizando los indicios concordantes que verifican en el grado provisional de esta fase los extremos sopesados”.

“El puma” Rodríguez, el presunto femicida / EL DIA

LA INDAGATORIA

Confirmada la detención por el juez de garantías Pablo Raele, Rodríguez quedó en condiciones de ser indagado.

Sobre esa audiencia, la del artículo 308 del Código de Procedimiento Penal de la Provincia de Buenos Aires, las fuentes indicaron que se hará en la jornada de hoy, una vez que el acusado reciba el asesoramiento de un abogado defensor.

Personal policial, en la jornada del crimen, allanó la casa del imputado, que está situada en la calle 121 entre 70 y 71, a pocas cuadras de la escena del horror.

Al margen de no localizarlo en ese momento, lo que disparó intensos rastrillajes en procura de su detención, que terminó concretando en Quilmes personal de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) La Plata, con apoyo de efectivos de la jurisdicción y de la Estación de Policía Departamental, se obtuvo el indicio de que Rodríguez tenía la aparente finalidad de entorpecer el curso de la causa, al colocarse en situación de profuguez.

De acuerdo a la requisitoria fiscal, el acusado del crimen empleó una madera para el ataque mortal

Los vecinos declararon haber escuchado gritos desgarradores de Patricia y fuertes ruidos, como que estarían golpeando las paredes del domicilio de la mujer, situado en la calle 80 entre 118 y 118 bis.

En ese contexto de violencia, también refirieron haber sentido como, con una especie de tabla o madera, golpeaban objetos y agregaron que, pasados unos instantes, los aturdió el silencio.

Esa descripción coincidió, presuntamente, con la fuga de Rodríguez del departamento, lo que lo colocaría en el lugar de los hechos en el preciso momento en que estos ocurrieron.

Demás está decir que la Ciudad vive horas de profunda conmoción por el crimen de Patricia Aybar, una mujer muy querida y respetada en los círculos en los que se movía.

Por eso el reclamo de justicia ya se hizo bandera y todos piden un castigo ejemplar para el responsable de su bestial asesinato.