Mató a su ex y se suicidó: drama familiar y femicidio en Villa Alba
Edición Impresa | 16 de Julio de 2022 | 05:08

Era una jornada como cualquier otra la que se desarrollaba ayer en un almacén del barrio Villa Alba. Sin embargo, en horas del mediodía, llegó un hombre fuera de sí, portando dos armas de fuego y un bidón lleno de nafta.
El dramático momento ocurrió en un local de 604 y 125. Allí se encontraban su propietaria, Noelia Padrón Herrera (33), su cuñada Nadia Belén Genard (34) y un empleado, Gastón Ezequiel Helguera (28).
Según relató un testigo a este diario, Marcos Emanuel Berón (43) entró al comercio y reclamó a los gritos que quería “ver a Nadia”, con quien se había separado hace un mes tras una convivencia de una década, y con quien tenía un hijo de tan sólo 6 años.
Aterrada, la víctima -antes de ser vista por el atacante- atinó a correr y encerrarse en el baño del negocio.
Pero, como lo presagiaron quienes estaban en el almacén, todo iba a terminar muy mal. De la peor manera.
“YA ME VEÍA MUERTO”
Gastón Helguera trabaja en ese almacén desde hace más de un año. En la tarde de ayer, a metros de ese local donde personal de la Policía Científica llevaba adelante sus tareas de rigor, le dijo a EL DIA “por suerte la puedo contar, porque ya me veía muerto”, y agregó: “En esos instantes se me cruzaron por la mente mi dos hijos, de 2 y 4 años”.
De inmediato, explicó el por qué de su dramática frase: “Marcos tenía en una de sus manos un revólver calibre 32 largo y cromado, que movía de un lado para el otro. En un momento se le escapó un tiro que pegó en el techo, mientras exigía tener frente suyo a Nadia”.
Esa situación, sumada a que también tenía “un bidón repleto de nafta”, le hicieron comprender -con mucha desesperación- que su vida y la de ambas mujeres estaban a su merced.
“¿a DÓNDE VAS?”
El joven no lo pensó dos veces y procuró escapar del negocio. Sin embargo, reveló, “Marcos se dio cuenta que iba a salir por una puerta del fondo del local. Fue en ese momento en el que me apuntó con el arma y me preguntó ‘¿a dónde vas?’. Me asusté mucho y para zafar traté de tranquilizarlo asegurándole que sabía dónde se hallaba Nadia y que iba a avisarle para que viniera”, reveló.
“Por suerte me creyó”, agregó, y señaló que, en realidad, su intención no fue otra que alertar en el barrio sobre lo que estaba pasando en el almacén.
“Fui corriendo y le conté al carnicero de enfrente. Pero cuando estábamos a pasos de ingresar al almacén, escuchamos 5 ó 6 detonaciones de arma de fuego, una de ellas por el tiro que le pegó en la cabeza a Nadia, y enseguida se desató un incendio dentro del negocio. Y en esos instantes vimos salir a Noelia, la dueña del almacén, prendida fuego en buena parte del cuerpo porque la había rociado con nafta, al igual que al local. Fue terrible la imagen, de no creer que era todo real”, sentenció Gastón.
En medio de ese cuadro de nerviosismo, confusión y aturdimiento contó que llevaron a Nadia y a Noelia en un auto al hospital San Martín. “Nadia estaba inconsciente y Noelia gritaba de dolor, calculo que con el 40% del cuerpo quemado”, sostuvo.
El muchacho, además, sumó otro dato estremecedor: “Marcos apoyó, a cada lado de su cabeza, las dos armas, el revólver calibre 32 largo y otro de calibre 22 corto, y disparó ambas al mismo tiempo”, describió.
Gastón sostuvo que toda esa secuencia de miedo, amenazas, tiros, ataques e incendio “duró 10 minutos”. Rescato que, al menos, “el nene de 6 años que tenía Nadia con este tipo, por suerte en ese momento estaba en el jardín de infantes”. Se instruyeron actuaciones caratuladas “homicidio, suicidio e incendio”.
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