Alimentarse de manera consciente

Edición Impresa

Susi Reich

Psicóloga clínica y terapeuta familiar

Sentirnos tranquilos y conformes con nuestra vida no es fácil en un contexto que nos exige adaptarnos a los cambios constantes. Sí debemos tener en cuenta que el bienestar está vinculado con la posibilidad de seguir desarrollando las habilidades ya adquiridas y animarse a hacer nuevas que nos apasionen. En la medida que se pueda, mantenernos activos y en movimiento, realizando caminatas u otros tipos de gimnasia, es fundamental. Las prácticas de respiración y registro corporal, aunque sea unos minutos al día, nos permite centrarnos en nuestras emociones y pensamientos. Así como el movimiento es importante, lo es la alimentación. Podemos repensar la alimentación incorporando alimentos de manera consciente. Elegir cómo y qué comemos y masticar lentamente es la clave porque lo que ingerimos pasa a integrar parte de nuestro cuerpo, formará nuestras células, la piel y cada uno de nuestros órganos. Mucha gente cree que comer es simplemente saciar el apetito, ignorando los beneficios de una alimentación adecuada. Algunas personas -ya sea por falta de tiempo o por el hábito- generalmente comen rápido y no mastican la comida porque quieren seguir con su actividad. Este es un grave error: la masticación está directamente ligada al cerebro por lo que hay que estar más atentos porque además, una mala digestión atenta contra dos de las necesidades básicas del ser humano: el buen humor y el buen dormir.

 

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