Estudiantes logró lo que necesitaba, ganar, y ahora debe mejorar

Jugó mal en el primer tiempo, se lo empataron y tuvo que salir a buscarlo. Ganó como local después de más de tres meses y cerrará la fecha en zona de Sudamericana 2024

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Por MARTIN CABRERA

mcabrera@eldia.com

Por fin pudo ganar Estudiantes como local en la Copa de la Liga. Primera vez en el torneo, para romper una racha negra en UNO y dejar atrás una seguidilla de partidos con derrotas y empates en el torneo. Le ganó, con mucho sufrimiento, 2-1 a Sarmiento. Sumó de a tres y cerrará la fecha en zona de clasificación a la Copa Sudamericana del año próximo. Parece tener sabor a poco, pero entendiendo cómo está el equipo no es poco.

El triunfo aportó desahogo y descomprimió el ambiente después de dos derrotas seguidas en la Copa de la Liga. Y puede ser el puntapié de un mejor cierre de año: buscará algo más en las cuatro fechas finales y en el partido de semis contra Boca por la Copa Argentina, con jugadores recuperados y otros, ahora, en observación. Desde lo futbolístico sigue teniendo dudas, como casi todos los equipos argentinos, pero después de un tiempo mostró algunos cosas alentadoras dentro de un contexto general muy adverso.

Si tuvo un tramo aburrido el partido fue en el primer tiempo. Un espanto. Un momento para replantearse el amor por el fútbol: frío, llovizna y un equipo albirrojo que tuvo enormes problemas para poder generarle riesgo a un rival que claramente llegó con la consigna de llevarse un empate, por su situación en la tabla Anual y por el equipo que pudo poner en cancha Pablo Lavallén, con escasa jerarquía y sin referentes.

Estudiantes se repitió en pases laterales e imprecisiones cuando quiso acelerar. Recuperó siempre en el medio pero se fue quedando sin ideas en la medida que avanzaba en la cancha. Siempre fue malo el último pase o una imprecisión tanto en la recepción como en la puntada final. No logró encontrar la claridad por el centro, por las bandas y con la pelota parada. Un tiro desde afuera del área de Ascacibar, un centro de Rollheiser a Boselli y un cabezazo en contra de Paredes fue lo más cerca del arco.

 

 

Un párrafo aparte el árbitro Luis Lobo Medina, que no ayudó en nada al desarrollo, sino todo lo contrario. Hizo que el juego fuese lento, trabado y dejó que la visita demorara hasta el cansancio cada tiro libre a favor, saque de arco y lo que fuese. Es más, hasta frenó cada vez que el local quiso jugar rápido una pelota. Lo que se dice, un trabajo que no pasó desapercibido.

Fue tan marcado el mal partido y la apatía del equipo que desde las tribunas, a los 38 minutos, se empezó a escuchar “que esta noche cueste lo que cueste tenemos que ganar”. Despertador para los jugadores que surtió efecto.

Al minuto el equipo logró hilvanar una de las pocas jugadas colectivas continuadas y un pase profundo y filtrado de Rollheiser para una de las tantas proyecciones de Leo Godoy que acabó en el penal de Díaz y el gol de Mauro Boselli, el 91 de su carrera, para llevar algo de tranquilidad y poner a su equipo en ventaja.

 

 

 

Para el complemento el Verde se adelantó en la cancha, necesitando llegar al empate. Eso le dejó espacios para la contra y con la regreso de Guido Carrillo invitó a vislumbrar otra situación futbolística. No pudo ser, porque a los 6 minutos el ingresado Juan Cruz Kaprof recibió solo en el punto del penal un centro desde la derecha para el 1-1. Ya había amenazado unos minutos antes. Defensivamente el Pincha volvió a dar ventajas y demostró falencias como en los últimos partidos, al margen de la falta previa sobre Rollheiser que Medina no sancionó. Tres minutos después Fontana, con un remate cruzado, tuvo el 2-1, en el peor momento de Estudiantes. La salida de Benedetti dejó un hueco por la izquierda que a Mancuso y a la defensa le costó cubrir.

 

La cara negativa de la victoria fueron las posibles lesiones de Ascacibar, Boselli y el Corcho Rodríguez

 

El equipo de Domínguez intentó volver a tomar las riendas del partido, obligado por los últimos resultados, por la presión de sus hinchas y por ser local. La mecánica fue la misma que en el primer tiempo: tenencia extrema, pases (varios anunciados), malas decisiones y una alarmante carencia en el mano a mano. Dependió como siempre de la individualidad de Rollheiser que en este fútbol no puede sacarse de encima a más de dos rivales. No hay nadie capaz de hacer eso. Y así cada ataque terminó en nada pese a sus intentos y sus ganas.

Pero encontró el gol a los 26 minutos en una pelota parada. Centro de Sosa desde la izquierda bombeado y que se fue cerrando. Exquisito. Por el segundo palo apareció Zaid Romero para clavar de cabeza el 2-1 que fue el disparador para el regreso de otro Estudiantes, más parecido al que fue alguna vez, con presión en el medio y sorpresa en las bandas. Ahora sí que atacó y lastimó, más con Godoy por derecha que por la izquierda. Llegó y sufrió por igual, pero estuvo a la altura de las circunstancias. En el final, con las bajas de Ascacibar y el Corcho Rodrìguez aguantó. Y festejó los tres puntos que pueden ser el envión para la recuperación.

 

 

 

Estudiantes vs Sarmiento

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