Entradera, golpes y llanto: brutal ataque a un matrimonio en La Cumbre
Edición Impresa | 30 de Noviembre de 2023 | 02:46

Un hombre de 61 años y su esposa, de 60, sufrieron en su casa del barrio La Cumbre un asalto repleto de matices de violencia, física y verbal, protagonizado por un grupo de tres delincuentes encapuchados y munidos de armas de fuego.
El terrible episodio, que transcurrió a temprana hora de la mañana del martes, pero que recién trascendió ayer, se produjo en una vivienda de calle 531 entre 134 y 135.
Según le contó en la tarde de ayer a EL DIA en su domicilio una de las víctimas, Marcela Corti (60), su marido, Gabriel Filippini (61), “salió a la calle las 8 y cinco de la mañana (del martes) a sacar la basura y justo, mientras yo terminaba de prepararme para ir a cuidar a nuestro nieto, y en la cuadra nuestra paró una camioneta blanca”.
“Enseguida bajó uno de los asaltantes y le apuntó con un revólver a mi esposo, ordenándole entrar a casa. Enseguida descendieron de la camioneta los dos cómplices, también con armas de fuego y encapuchados. Además, todos vestidos con ropa negra y guantes en sus manos”, comentó luego.
“TRANQUILA SEÑORA, NO LLORE”
La mujer contó de inmediato que “el más joven de los ladrones, de unos 22 años, me pidió que bajara la cabeza y me llevó al dormitorio de huéspedes. A mi esposo, en cambio, lo tuvieron en el living los otros dos delincuentes, uno de 30 años y el otro, el más agresivo de la banda , de entre 25 y 30 años”.
Marcela reveló que mientras estaba sola con el menor de los hampones, al verla angustiada “me dijo `tranquila señora, no llore´ para tratar de tranquilizarme”.
En contrapartida, quienes no empatizaron en absoluto con su víctima fueron los otros dos delincuentes, especialmente “el de 25 a 30 años”, reflejó la damnificada.
“TE VOY A MATAR, DAME LOS DÓLARES”
Precisó al respecto que “ese ladrón lo tuvo a mi marido en el piso, donde le pegó patadas en el pecho y en el estómago, le pegó tres culatazos en la cabeza, lo apuñaló en un muslo y en un glúteo con una faca o algún cuchillo nuestro y hasta le martilló dos veces en la cabeza diciéndole que le diera los dólares o iba a matarlo”.
Marcela dio a conocer después que ella también soportó la violencia sin miramientos de esta banda: “Uno de los asaltantes, que no pude identificar, me pegó dos culatazos en la cabeza y otros dos en la espalda”.
Al igual que a su esposo, “también me martillaron dos veces en la cabeza, tras hacerme arrodillar, sin que por suerte tampoco saliera la bala”.
También a ella, además de golpes, uno de los delincuentes la amedrentó exigiéndole bienes materiales.
En tal sentido, la mujer reveló que “a mí uno de ellos me dijo `sé que tenés plata y joyas, mientras me tironeaba de mis collares que me colgaban del cuello”.
Asimismo, recordó que los irascibles sujetos “aseguraban que no querían celulares ni ninguna otra cosa que no fuera dinero”.
Tanto al hombre como a la mujer les pegaron culatazos y les martillaron el arma en la cabeza
Consultada por lo sustraído por la banda, detalló que “se llevaron cerca de 40.000 pesos, 200 dólares, alhajas, relojes, un equipo de música, ropa, el módem de las cámaras de seguridad de casa, una escopeta con la que en su momento mi marido se iba a cazar al campo, una pistola vieja y varios cartuchos”.
Marcela señaló que “cuando descubrieron esas armas y las vainas, comenzaron a reclamar a mi marido insistentemente que les diera más armas. A lo mejor creyeron que era instructor de tiro. Costó bastante convencerlos de que eran las únicas que tenía”.
Tras precisar que el asalto “comenzó a las 8.05 y terminó a las 8.32 de la mañana”, esta vecina del barrio La Cumbre suministró otro particular dato sobre el accionar de este grupo delictivo que robó y provocó pánico en los integrantes de esta pareja. “Hasta se tomaron el trabajo de revisar los aires acondicionados, detrás de los cuadros y de un espejo, por si había más plata escondida”, consignó.
“ACTIVARON SIN QUERER LA ALARMA”
La afanosa búsqueda en su intento de encontrar más efectivo que robar, sin embargo desencadenó que, accidentalmente, los asaltantes tuvieran que apurar la fuga.
Marcela memorizó sobre ese momento que “uno de los ladrones revisaba cajas donde pudiera supuestamente haber más plata y fue así que al final, sin darse cuenta, activó la alarma de casa”.
La inesperada situación decidió a la banda a abandonar rápidamente ese domicilio con todo lo sustraído que “guardaron en bolsos nuestros”, citó aquella.
Más tarde llegó la Policía y fue necesario pedir la presencia de una ambulancia del SAME, “para que nos revisen por los golpes que sufrimos y a mi esposo hubo que llevarlo al Hospital Español, porque se descompensó por la tensión padecida”.
Los ladrones hasta robaron objetos de maquillaje, pañales del nieto y algunos desodorantes
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