Mudanzas, recelos y reacomodamientos

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El cambio de gobierno, que invirtió los roles de oficialismo y oposición, revolucionó el Municipio y todos sus actores, que de a poco comienzan a reubicarse. Uno de los que ya estrenó su nueva función con creces es Marcelo Galland. El exdirectivo del Club Universitario fue nombrado el lunes presidente del Concejo Deliberante local, rol para el que, en los tres días que lleva ejerciéndolo, ya le ha dado un curso intensivo y letra para un manual del usuario. Los motivos, por ahora, están lejos de deberse a las negociaciones por la sanción de proyectos sensibles, como el Presupuesto municipal. Lo que está haciendo trabajar a Galland por estas horas es la demanda constante de los ediles, que recurren a él para reclamar por la falta de aire acondicionado, la necesidad de otro escritorio o el disgusto con la ubicación de sus despachos. Ayer la movida tomó más énfasis, porque Galland se dio cuenta de que los concejales de la oposición están en el ala de su despacho y los del oficialismo, en el ala de la oposición. “Invirtamos la ubicación”, dijo. Y todo se complicó aún más.

Marcelo Galland

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