Alarma por el aumento de víctimas fatales en el tránsito de nuestra región

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Otras dos víctimas fatales, y una vez más en la ruta 36, dan señales que el drama de la inseguridad vial no frena. Las estadísticas son elocuentes y encienden alarmas. En el transcurso de este 2023 las tragedias de tránsito en las calles y rutas de la Región marcan que al día de la fecha, el número de muertes viales trepó a 76, estirando la diferencia al total de fallecidos que hubo en todo el 2022, que fue de 71.

En este contexto, la semana pasada se registró un brutal accidente vial en la Ruta 36 y calle 492, a la altura de la localidad platense de Abasto. Según el informe policial, una camioneta y un auto chocaron y, producto de la colisión, el rodado más chico terminó incrustado contra una garita de colectivos. De acuerdo a lo mencionado por voceros del caso, tras el fuerte siniestro, los dos ocupantes del vehículo menor murieron en el acto, mientras que el otro conductor resultó herido.

De esta manera, el tránsito de nuestra región continúa desnudando una problemática a la que, por el momento, no se le encuentra solución. Hace mucho tiempo que la ciudad de las diagonales y todas los distritos aledaños, se encuentran en emergencia vial

Nuestra zona lleva numerosas víctimas fatales en choques ocurridos en la ya fatídica ruta 36, que sólo cuenta con dos manos, no se encuentra bien demarcada, carece de banquinas aptas y registra un altísimo tránsito, descontrolado y habitualmente muy veloz. De hecho, en los últimos años se hicieron públicos los reclamos de vecinos de Olmos, Abasto, Colonia Urquiza, Los Porteños, El Pato, El Peligro y otras localidades por los riesgos que implica circular por esa vía caminera, en el tramo correspondiente a los distritos de La Plata y Berazategui.

Cabe señalar que la ruta atraviesa una de las zonas hortícolas y frutihortícolas más activas de la Región, de modo que son también centenares los camiones y camionetas que se suman ahora, en forma cotidiana, a la ya sobrecargada 36, que concentra entonces vehículos de distintos porte y que circulan a velocidades muy diferentes unos de otros.

Según denuncias vecinos, asimismo, en la intersección de la excalle 11 y en otros cruces conflictivos, se carece de una señalización eficiente, rotondas o distribuidores para el ingreso y egreso de esta circulación local sobre la ruta 36, originándose en el cruce existente toda clase de riesgos.

Está claro –y las estadísticas, lamentablemente, lo vienen exigiendo- que los operativos de control del tránsito, más allá de las temporadas de vacaciones y en los feriados largos, deben intensificar su accionar y redoblar esfuerzos en este largo tramo, en donde se han producido numerosos accidentes fatales. Ello, como solución provisoria mientras debería dotarse a la ruta 36 de señalización, calzadas separadas, banquinas, divisores y otras mejoras estructurales.

Por eso motivo, resulta prioritario que las autoridades responsables le otorguen atención integral a algunas vías camineras que, como el tramo aquí mencionado de la ruta 36 –aunque también se han producido accidentes muy graves en la zona más alejada de Pipinas- implican para los usuarios enfrentar injustificados riesgos.

 

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