El empuje para buscar lo que mereció, fue lo mejor tras un comienzo muy flojo
Edición Impresa | 28 de Febrero de 2023 | 04:14

Por MARTIN MENDINUETA
Mientras el universo fútbol aplaudía con admiración a los argentinos premiados por la FIFA en la gala de París, en el estadio Claudio Chiqui Tapia de Parque Patricios pasó de todo.
Gimnasia empezó jugando mal, perdido en el campo y superado por el vértigo de un anfitrión tan decidido como veloz para atacar. Chirola Romero se animó a realizar cuatro cambios al mismo tiempo, al ratito decidió la quinta variante y logró mejorar bastante la producción final del equipo que arma e intenta estabilizar.
Tan evidente fue el repunte conseguido a partir de los ingresos de Tarragona, Comba, Benjamín Domínguez, Mammini y Muro que Barracas terminó visiblemente desesperado, pidiendo la hora del final y llevándose un premio injusto.
Con un triunfo, una igualdad y tres derrotas, el campeonato le está notificando a Gimnasia que será un primer semestre durísimo. Consciente de lo que tiene, y sobre todo de lo que le falta, este Lobo plagado de jóvenes tendrá que aprender a los golpes, madurar sin pausa y capitalizar cada experiencia en beneficio de una identidad que está en pleno proceso constructivo.
CHIROLA, NO EXENTO DE CRÍTICAS, TIENE BANCA POR SU SENSATEZ
Teniendo que trabajar sobre algunos problemas defensivos (donde están los más experimentados), y carencias en ataque (allí alternan pibes y algunos hombres con bastante recorrido profesional), Sebastián Romero está consiguiendo, por ahora y con lo difíciles que son las reglas selváticas del fútbol argentino, una estabilidad precaria, pero genuina. Sostienen a Chirola su histórica identificación con el club y un conjunto de decisiones sensatas que, de ningún modo, van a contramano de lo que reclaman los hinchas.
Por supuesto que deberá sumar (no hay entrenador que se sostenga sacando muy pocos puntos), aunque en cinco fechas ha mostrado un hilo conductor de sentido común que los simpatizantes advierten y valoran en una coyuntura harto complicada.
No está administrando un plantel rico y eso es un elemento a tener en cuenta a la hora de su evaluación.
El desarrollo del campeonato y un clásico que ya está metido en las especulaciones de toda la ciudad, irán definiendo sensaciones y conceptos que todavía necesitan y merecen tiempo.
El primer tiempo de Gimnasia fue muy pobre. El vértigo de Barracas lo mareó y se sintió superado
La derrota de ayer vuelve a empujar a Gimnasia hacia la parte más oscura del laberinto. El punto que terminó mereciendo le hubiera venido bárbaro en lo matemático y genial en lo anímico. El gol (excelente definición) de Cristian Tarragona estuvo mal anulado. La mano de Domínguez no representó la instancia previa a la conquista, hubo un pase a quien termina pateando al arco. En el reino de la confusión (hay muy pocos seguidores de este deporte, periodistas y hasta árbitros que tienen perfectamente claro cuándo y de qué manera deben inmiscuirse los humanos que manejan el VAR), las derivaciones pueden ser infinitas.
Salvo que les guste, y les convenga, este marco reglamentario poco claro, la AFA debiera aprovechar las cadenas televisivas que tanto dinero le pagan para hacer docencia. Están faltando voces autorizadas que expliquen aquello que sigue generando discusiones, sospechas e inútiles broncas de los fanáticos.
En la media hora final el Lobo jugó con firme carácter. El empate hubiera sido lo más justo
La mano del delantero de Barracas al que le anularon el gol fue conceptualmente distinta a la mano de Domínguez porque entró en acción otro protagonista y fue el que convirtió.
AHORA VENDRÁ PIPO AL BOSQUE Y GANARLE SERÁ UNA OBLIGACIÓN
Más allá de las protestas que coparan la indignación mens sana, la historia continuará el próximo sábado cuando Gorosito vuelva a caminar hacia el banco teniendo de frente a los plateístas del sector Néstor Basile.
Ganar tendrá para el dueño de casa la silueta de una obligación.
La derrota dejó algunas certezas: Terminó el tiempo de Tarragona suplente. Gimnasia no puede darse el lujo de tenerlo en el banco mientras Nicolás Contín no encuentra los caminos como para acercarse al gol. Algo parecido pasa con Tomás Muro. Su aporte suma y se hace notar en el campo. La mejoría de la última media hora lo tuvo como valorado protagonista.
Párrafo final para Miramón. Fue la figura porque sabe y tiene sangre caliente. Ya es el cinco de Gimnasia.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE