“Habíamos mirado como pateaban, y tenía una idea”

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Sergio (“Chiquito”) Romero apareció en el arco de Boca tras la traumática salida de Agustín Rossi, y en la presente Liga Profesional se anotó con una serie de tapadas que le significaron el respaldo de la gente.

Contra Atlético Tucumán, en la primera fecha, salvó a su equipo ganando un mano a mano en la que el delantero tenía todo a favor y ayer en la Bombonera, tras una salvada en el primer tiempo, se vistió de héroe para atajar un penal que hubiera desembocado en derrota.

El arquero, que volvió a ser aplaudido por el público boquense ni bien apareció en la cancha se ganó una ovación cuando a los 20 minutos de la etapa complementaria interceptó un penal, que el mismo cometió, ejecutado por Facundo Castelli.

Romero se inclinó hacia el palo de su mano derecha, tapando el derechazo al medio con la mano izquierda, en atajada que completó con el pie, e hizo explotar las tribunas de la Bombonera.

“Habíamos mirado como pateaban los penales, y tenía una idea”, reconoció “Chiquito” dándole crédito a Fernando Gayoso, el entrenador de arqueros, y a su compañero Javier García.

Respecto de la jugada más peligrosa en la que le correspondió intervenir, el nuevo golero del conjunto Xeneize no dudó en elegir precisamente el penal: “Un penal es lo más difícil, porque se trata de un mano a mano”, resumió.

Al referirse a la jugada que desencadenó la falta dentro del área contra el propio Facundo Castelli, de Central Córdoba, el arquero explicó que “lo vi entrar solo y salí a buscarlo, pero no llegué a tiempo y no me quedó otra alternativa que bajarlo... Y me comí una amarilla”.

 

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