La cercanía del clásico obligó a acelerar los tiempos y a iniciar el nuevo ciclo lo antes posible
Edición Impresa | 7 de Marzo de 2023 | 04:15

Por MARTIN MENDINUETA
El apuro no suele ser un buen compañero de ruta en la toma de decisiones trascendentes, pero hay coyunturas donde no queda más remedio que abrirle la puerta y dejarlo pasar.
Estudiantes, que se tomó todo el tiempo que consideró necesario para decidir y definir la contratación del sucesor oficial de Ricardo Zielinski, estuvo correctamente apurado por cerrar legalmente la ruptura contractual con Abel Balbo. Hizo lo que demandaba su gente, que está decepcionada por el fracaso.
Rápidamente, el plano dirigencial necesita cambiar drásticamente la atmósfera del Country. Cerrar una historia y abrir otra. La cercanía del clásico aprieta.
Procuran que la ilusión vuelva a ser el combustible emocional de los hinchas que se hicieron malasangre alentando a una formación que cambiaba constantemente sin encontrar el rumbo deseado.
Después de la exitosa etapa comandada por el Ruso (su llegada mejoró al equipo, serenó a los directivos y entusiasmó a los hinchas), los responsables del fútbol profesional deben lograr un acierto que oficie de seductora enmienda para el fiasco reciente.
PREGUNTA POR RESPONDER: ¿QUÉ HABÍAN VISTO DE BUENO EN BALBO?
Abel Balbo ni siquiera dividió opiniones. Sus malas decisiones desterraron cualquier debate. En un breve lapso acumuló equivocaciones de distinto tenor. Generó algo no tan común en el mundo del fútbol, que la decepción fuera unánime.
La apuesta derivó en fracaso y ahora urge enmendar el error con un acierto como fue Zielinski
Su estadío profesional en el Pincha no deja renglones valorados en la columna del haber. Con él parado al lado de la raya, el equipo sólo mostró ambición para ganar, aunque en muchas ocasiones implementada de un modo precario.
Los jugadores no lo ayudaron, se hacía difícil encontrar rendimientos individuales destacados. El estilo de juego quedó varado en un bosquejo inentendible.
Quedará para la impostergable y sincera autocrítica responder qué clase de evaluación se hizo para semejante contratación. ¿Qué arista positiva tan fuerte vieron en Abel Balbo como para forzar su salida de un club con ambiciones deportivas menos pretenciosas que las propias? ¿Valió la pena tamaña ingeniería e inversión económica para arrebatarle el DT a Central Córdoba de Santiago del Estero?
Quizás las respuestas lleguen con el paso del tiempo. Lo único claro es que la herencia de aquel destacado goleador es nula. No generó una identidad definida. Ganó casi nada. Cambió demasiado, como un síntoma de su inseguridad. Le costó generar empatía con el plantel (Estudiantes desaprovechó por completo la posibilidad de que sus socios supieran de qué se trataba la función de un profesional prestigioso como Julio Lamas) y hasta hizo debutar en UNO a Deian Verón en un momento en que no ameritaba hacerlo.
Ahora, hoy mismo, empieza otro capítulo. En esta situación urge enmendar el error con un acierto contundente, como fue el tiempo de Zielinski, donde desaparecieron las preocupaciones y el León peleó por objetivos importantes.
EL PRIMER GRAN PEDIDO PARA DOMÍNGUEZ SERÁ EN POCOS DÍAS
El elegido cuenta, a priori, con un nivel de apoyo apreciable. Sus pasos por Huracán y Colón, este último especialmente, le permiten aterrizar en City Bell sin toparse con miradas de desconfianza.
Introvertido, de fuerte personalidad, hizo efectivos a los equipos que tuvo bajo su mando. Eduardo Domínguez escuchará aplausos de bienvenida el próximo domingo y el pedido de por lo menos no perder cuando vaya al Bosque.
Nadie sabe cómo saldrá la nueva apuesta. El fútbol no suele entregar certezas para nadie. Cuando Balbo llegó era una incógnita total. En cambio, podrá gustar más o menos, pero a Domínguez la gente lo conoce.
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