VIDEO. Estudiantes, un equipo sólido y confiable: otra victoria para escalar
Edición Impresa | 24 de Abril de 2023 | 04:11

Por MARTIN CABRERA
Estudiantes volvió a ganar. Como en el mejor momento con Ricardo Zielinski al mando del plantel, se empieza a acostumbrar a ganar y a ser confiable. Desde el inicio hasta el final fue un equipo serio, con muchos atributos y sacrificio a la hora de defender. Sin lucir pero casi sin fisuras, derrotó 1-0 a Talleres en UNO, tercera victoria en cuatro partidos como local y séptimo éxito en los nueve partidos del ciclo que recién inicia Eduardo Domínguez. Un panorama muy alentador si se agranda la fotografía y se ve que hace apenas un mes perdía el clásico y todo era desconcierto.
Este equipo es otro. Sólido en defensa, con tres centrales que crecen día a día, ganan sus duelos y se equivocan poco. Dos laterales que pasan siempre al ataque (principalmente por la derecha) y un mediocampo que fue encontrando la cuota justa de intensidad y juego con Fernando Zuqui. Por eso ayer sometió a su rival en el primer tiempo y luego de conseguir la ventaja empezó a manejar el trámite. Es verdad que en los últimos 15 minutos la pasó un poco mal, tan cierto como que los cordobeses no tuvieron una sola situación clara de gol en casi 100 minutos.
En el primer tiempo Estudiantes fue un equipo intenso y prolijo. Tuvo iniciativa, buen control de la pelota y aproximaciones, siempre con la fórmula del toque de primera, combinaciones y proyecciones por las bandas. Le faltó un poco de punch o ser más contundente en el área de enfrente. Pero dejó en claro que de los dos equipos en cancha era el que estaba un escalón más alto pese a la doble competencia.
A los 8 minutos tuvo una chance muy clara de gol, con esa receta ensayada a la perfección y que tanto rédito le viene dando en los últimos partidos. Desbordó Leo Godoy a la espalda de Pasquini y tiró un centro preciso al punto del penal, donde Mauro Boselli, sin marca, no pudo conectar de volea. La pelota salió apenas desviada por el palo izquierdo de un arquero rival que nada iba a poder hacer si iba al arco.
Tres minutos llegó la otra posibilidad clara y concreta. Fue luego de un tiro de esquina desde la derecha que ejecutó Fernando Zuqui. Por el centro apareció y saltó mucho más alto que nadie Luciano Lollo, que metió un tremendo frentazo que hizo poner de pie a la platea baja de la calle 55. Parecía gol, pero la pelota salió a escasos centímetros del mismo palo que antes había visto a la distancia Herrera.
Siguió mejor y más rápido Estudiantes, que tuvo una velocidad más que Talleres a la hora de los cruces. Sus jugadores llegaron un segundo antes y desde una jugada así llegó la que terminó en gol, pero Leandro Rey Hilfer anuló por mano de Godoy. A favor del árbitro hay que decir que sancionó la mano antes que la pelota entrase. Igual se revisó y tras varios minutos se convalidó la decisión del árbitro, pese a ser una jugada muy pero muy discutible. Si desde Ezeiza cobraban gol nadie podía decir nada.
Del otro lado se vio poco de un rival con buenos jugadores y muy intensos, que se armó para pelear el torneo. Recién en el final del primer tiempo Lollo tuvo que exigirse ante Juan Garro para sacar la pelota al córner ante su aparición. El exGodoy Cruz fue el único que medianamente inquietó.
Antes del cierre el pibe Benedetti se fabricó una jugada que casi acaba en gol. La peleó dos veces y gambeteó igual cantidad de veces antes de rematar fuerte y cruzado al arco, obligando al arquero cordobés a taparla en dos movimientos.
El segundo tiempo arrancó con la misma sintonía: Estudiantes al ataque y aprovechando los espacios que le dio Talleres. A los 4 minutos Leo Godoy pasó al frente y habilitó a Benjamín Rollheiser, que en posición de “9” hizo lo que tanto se le estaba pidiendo: que probara al arco. Lo hizo con fuerza y precisión para romper el cero con un gol que gritó e hizo el gesto de “sacarse la mufa” para siempre. Justicia en La Plata y medio tiempo por delante.
Además de ganar y ganar, el equipo volvió a mantener su valla invicta: 5 de 9 partidos
El Pincha siguió corriendo más y mejor que su rival. También manejando la pelota, y aprovechando los espacios. Mientras estuvo con aire y piernas siguió siendo superior. Pero promediando el complemento empezó a sentir la seguidilla de partidos. Afuera Zuqui, Boselli y dos laterales que ya no pasaron tanto al ataque. Llegó la hora de cerrar la puerta porque afuera estaba frío. Y así lo hizo.
Talleres manejó el balón pero aún así no le creó una sola situación de gol a Mariano Andújar, que recién a los 34 minutos vio de cerca la pelota por un remate alto de Michael Santos. Poco para lo que se esperaba del rival.
Esta vez los cambios no ayudaron porque Pablo Piatti (para colmo se lesionó), Guido Carrillo y Matías Godoy no ingresaron en la misma frecuencia que sus compañeros. Y por eso los últimos minutos se jugaron más cerca del arco de 55, donde defendía el local. Sin sufrir demasiado pero mirando el reloj más veces que antes, así pasaron los últimos minutos antes del pitazo final, una nueva victoria y la escalada en la tabla de posiciones.
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