Alemania al rojo vivo por la “guerra” de las calderas
Edición Impresa | 19 de Junio de 2023 | 01:34

Por SAM REEVES
AFP
Cuando Maike Biert tuvo que elegir un nuevo sistema para calentar su casa en Alemania, el elevado costo de instalar una bomba de calor la echó para atrás y terminó decantándose por una caldera de gas, más contaminante pero más barata. Su elección choca con la revolución de calefacción ecológica prometida por los Verdes alemanes, socios de coalición del jefe de gobierno (también llamado Canciller) Olaf Scholz, que enciende la opinión pública y la clase política desde principios de año.
“En principio, soy favorable a ahorrar energía”, explica esta mujer de 46 años que reside en Königswinter, cerca de Bonn, al oeste de Alemania. “El problema es que no podemos y que no se debe cargar tal peso sobre la gente”, afirma. El proyecto de ley para reducir progresivamente el uso de calderas de gas se presentó finalmente el jueves último en el Parlamento después de intensos debates que hicieron tambalear la alianza entre los socialdemócratas de Scholz, los Verdes y los liberales del FDP.
Para conseguir un compromiso entre los tres partidos, el gobierno revisó su texto y retiró la exigencia de que a partir del próximo enero toda caldera funcione con al menos un 65% de energía renovable.
Para los particulares, las reglas más exigentes no entrarán en vigor antes de 2028. Pero la saga deja preocupación en la opinión pública y cicatrices en una coalición que ya se encuentra en su nivel más bajo en los sondeos.
ALTERNATIVAS MUY CARAS
Maike, casada y madre de dos niños, quería instalar una bomba de calor, una tecnología más respetuosa con el clima pero que exigía importantes obras en su casa. También pensó en “soluciones híbridas”, vinculando una bomba de calor y gas. Pero estima que estas opciones hubieran costado entre 40.000 y 100.000 euros (43.000-108.000 dólares). “Eso habría implicado tener que pedir un préstamo, y no lo queríamos”, explica.
La política está dividida en cuanto a la ley que reduce el uso de calderas a gas para calefacción
La bomba de calor, cabe explicar, es aquella que extrae el calor del exterior del aire o de la tierra, y lo concentra mediante un compresor eléctrico para elevar la temperatura y bombear el calor hacia donde se necesita.
Los debates alrededor de la renovación del parque de calderas reflejan las dificultades de la transición energética en la primera economía europea. Los críticos señalan el elevado costo de instalar los sistemas de calefacción en los hogares. El diario Bild ha lanzado una campaña contra el “mazazo de la calefacción” y multiplica las tapas alarmistas.
Los defensores de la medida destacan las numerosas ayudas financieras previstas por el gobierno y señalan la necesidad de actuar rápidamente para que Alemania alcance sus objetivos climáticos.
Para Verena Örenbas, de la federación alemana de propietarios VWE, el compromiso encontrado va en la buena dirección, pero los dispositivos de ayudas públicas deben aclararse. “Todavía no hay propuestas concretas, no sabemos cómo se presentará esta financiación”, explica.
La controversia está lejos de terminar y los debates parlamentarios se anuncian agitados. El gobierno quiere aprobar la ley antes de la pausa estival.
Abanderado de la resistencia a las medidas para proteger el clima, el partido de extrema derecha Alternativa por Alemania ha disparado su popularidad en los últimos meses, llegando a niveles de intención de voto récord para la formación. El compromiso alcanzado por el gobierno dejó gusto amargo entre los activistas climáticos. Líder del movimiento Fridays for Future, Luisa Neubauer, lo calificó como “una broma de mal gusto” que “vacía la ley de su sustancia”. Tras haber aumentado con fuerza en los últimos años, la demanda de bombas de calor, una tecnología que -como se dijo- extrae energía del exterior de la habitación para inyectarla en el interior, cayó en los últimos meses porque los clientes esperan conocer los detalles de la ley.
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