Estudiantes se sacó la mufa de los penales y ahora se volvió a ilusionar

Siempre le costaba definir los partidos y en los últimos años era una mochila pesada. Ayer la dejó en Mendoza y quiere más

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Por MARTIN CABRERA

mcabrera@eldia.com

Estudiantes necesitaba un triunfo así para recuperar la autoestima perdida. Sí, le resultó un envión importante hacerlo en los penales luego de un partido no tan bueno. Porque de esta manera puede recuperar la confianza que pegó en el palo ante Corinthians y, luego de recuperar jugadores lesionados, ilusionarse con un mejor sprint final en la Copa Argentina, competencia en la que ayer eliminó a Independiente tras empatar 1-1 en tiempo reglamentario y 3-1 e la tanda de los penales, siempre esquiva y ayer generadora de una sonrisa de oreja a oreja.

No jugó un gran partido el Pincha, sobre todo en la parte final. Se lo notó golpeado y aturdido. No tuvo lucidez y siempre sus jugadores tomaron malas decisiones en pases, cruces y remates. Por eso el abrazo del final puede ser un punto de inflexión luego del mal trago en el que era su gran objetivo del año. Renacer y volver a dar pelea.

Estudiantes mostró esa flaqueza en su confianza en el primer tiempo, cuando no logró hacer pie en el campo pese a sus buenas intenciones colectivas y cometió un error imperdonable para el esquema de Eduardo Domínguez: la mayoría de sus pases fueron errados en ataque, en el medio y en defensa. Así se le hizo imposible llevar adelante su idea.

A los 7 minutos un mal cruce de Santiago Núñez dejó mano a mano con Andújar a Martín Cauteruccio. El delantero se quedó sin fuerza y lo cerró Fede Fernández. Fue el primer aviso que algo no funcionaba bien.

 

En la última jugada del partido el Pincha tuvo la “suerte” que le fue esquiva ante Corinthians

 

A los 13 otro desborde por la izquierda de la defensa encontró a Matías Giménez solo dentro del área: su cabezazo se fue muy cerca del palo derecho del arquero Pincha. Igual pero de derecha fue el gol que se perdió el delantero del Rojo.

Por eso no sorprendió a nadie que a los 29 minutos Lucas González marcara el 1-0 para Independiente, con una pelota que le llegó por la derecha y el volante, sin marca, clavó al palo más lejos del arquero albirrojo que nada pudo hacer para evitar la apertura.

Necesitó ese golpe para reaccionar Estudiantes. Al menos con coraje pero los mismos errores en el traslado le alcanzó para meter dentro de su área al Rojo. El palo (otra vez) le dijo que no a Benjamín Rollheiser y tras un tiro de esquina Federico Fernández saltó más que sus marcadores para empatar con un frentazo. No fue u acto de justicia pero al menos un mimo para un equipo que no puede disimular su merma anímica luego del golpazo en la Sudamericana. Iban 35 minutos y parecía cambiar el viento. Parecía... En la prolongación del juego el Pincha se siguió equivocando a la hora de los pases.

Los abrazos son para Federico Fernández, quien decretó el empate del Pincha en el Malvinas Argentinas con un frentazo / PrensaEDLP

Para el complemento Domínguez tuvo que sacar del campo al Corcho Rodríguez por el patadón sufrido en el arranque del partido y a poco de iniciad se fue Guido Carrillo. Entraron Fernando Zuqui y el colombiano Manyoma, que poblaron la mitad de cancha pero debilitaron la presencia ofensiva del equipo, que además de entregar las pelotas nunca se animó a jugar directo y muchas veces demoró el remate al arco o el pase a un compañero adelante. Abusó de una lateralización de pases o pecó de reventarla: no tuvo equilibrio ni término medio.

En ese contexto el partido se fue quebrando porque el Pincha adelantó sus líneas y el Rojo quedó agazapado para una contra, que tuvo y peligrosas, como la de Giménez a los 20 minutos, que mano a mano con Andújar eligió pegarle fuerte con los ojos cerrados en lugar del pase a un compañero solo por el centro. Estudiantes amagó a generar alguna jugada de varios toques pero cada pérdida fue un dolor de cabeza, de esos para agarrarse la sien y lamentarse.

 

Carrillo salió con una molestia; Fernández, Corcho y Rollheiser sólo cansados

 

La más elocuente fue la pérdida que obligó a Fede Fernández a correr de atrás a Canelo y no tuvo más remedio que cometerle una infracción estando amonestado: roja y a jugar los últimos minutos con un jugador menos. Para colmo el DT había decidido sacar a Rollheiser por Matías Godoy, que jugó uno de sus peores partidos con la camiseta del Pincha y que encima se fue reemplazado al momento de la roja al defensor. Una decisión que no salió bien y una oportunidad despediciada.

La última jugada del partido tuvo la fortuna que no lo acompañó en los últimos partidos, pero principalmente ante Corinthians. Tres veces lo tuvo Independiente, pero Mariano Andújar, Ezequiel Muñoz y Núñez taparon remates dentro del área chica con destino de gol.

Y llegaron los penales. Con pocos ejecutantes en cancha y una montaña de dudas. Pero esa última jugada fue un envión y un mensaje. Mariano Andújar les dijo a sus compañeros: “Es hoy”. Y así fue. Pasó Estudiantes, está en cuartos de final y con la ilusión de volver ilusionarse en el tramo final de un año que lo tuvo como protagonista y lo tendrá un tiempito más...

 

 

 

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