El futuro ya llegó: la primera obra de arte de un robot humanoide

Edición Impresa

Londres se convirtió en el escenario de un acontecimiento histórico en el mundo del arte y la tecnología: el retrato del matemático inglés Alan Turing, titulado “A.I. God”, fue subastado por un precio récord que sobrepasó el millón de dólares (US$ 1,08 millones). La particularidad de esta obra no reside solo en su sujeto, sino en su creador: Ai-Da, un robot humanoide ultrarrealista.

La subasta, llevada a cabo por Sotheby’s Digital Art Sale, había tasado inicialmente la obra en US$ 180.000, pero el retrato superó con creces esta cifra, marcando un hito en la historia del arte moderno y contemporáneo.

Ai-Da, diseñada por el especialista en arte moderno y contemporáneo Aidan Meller, es capaz de generar ideas y crear arte mediante inteligencia artificial. Este evento subraya la creciente intersección entre la tecnología de IA y el mercado global de arte, mostrando cómo las tecnologías emergentes están influyendo y redefiniendo el ámbito artístico.

La creación del retrato no solo es un logro técnico, sino también un comentario profundo sobre la relación entre humanidad y tecnología. El robot Ai-Da afirmó que el valor clave de su trabajo es servir como catalizador del diálogo sobre estas tecnologías emergentes. Al elegir a Alan Turing como sujeto, la obra invita a reflexionar sobre las implicaciones éticas y sociales de los avances en inteligencia artificial, tal como Turing lo hizo en la década de 1950.

El diseño de Ai-Da, uno de los robots más avanzados del mundo, fue posible gracias a la colaboración de especialistas en inteligencia artificial de las universidades de Oxford y Birmingham. Aidan Meller destacó que los artistas más grandes de la historia se enfrentaron a su época celebrando y cuestionando los cambios sociales, y Ai-Da, al ser tecnología, es la artista perfecta para discutir los desarrollos actuales.

El proceso de creación del retrato incluyó la interacción de Ai-Da con su equipo para determinar el estilo, el color y la textura de la obra. La robot analizó una fotografía de Turing antes de proceder a pintar, demostrando su capacidad para combinar el análisis técnico con la creatividad artística. Los tonos apagados y los planos faciales rotos del retrato parecen evocar los problemas que Turing advirtió sobre la gestión de la inteligencia artificial.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE