Una semana clave que definirá el futuro de Madelón en Gimnasia

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En Tucumán, el Lobo perdió mucho más que un partido o una mínima chance de seguir en la actual Copa de la Liga. Perdió ilusiones. Buscar un salto de calidad que le permita al hincha ilusionarse. Encontrar una línea de juego que permita mejores resultados. Aún, con las expectativas reducidas al mínimo, ganar dos partidos seguidos.

Lo peor no fue el resultado en sí, fueron las formas. Gimnasia es un equipo híbrido, que no logró aprovechar el viento de cola que le aportó la ventaja en el marcador. En el segundo tiempo todo empeoró desde una variante muy difícil de defender, el ingreso de Guillermo Enrique por Eric Ramírez. Más allá del gusto del entrenador que había trabajado la variante, fue toda una declaración de principios, una especie de “con el 1 a 1 yo estoy bien, vení a buscarme”. Atlético fue. Y ganó.

Por eso, el futuro de Madelón parece no jugarse en el próximo partido ante Banfield, que suma para la tabla anual y para los promedios del año que viene, puntos que son imprescindibles para no volver a sufrir con el descenso, ese invitado temido con el que Gimnasia convivió varias veces en las últimas temporadas y pudo evitar con sufrimiento, en parte gracias al DT más que por responsabilidad suya.

La historia ya no depende de una pelota que pega en el palo y sale o entra. No pasa por una titularidad para David Zalazar, que siempre que ingresa deja algo. Tampoco por una seguridad defensiva que brilla por su ausencia y tiene al Lobo como una de las vallas más vencidas desde hace casi un año y medio. No depende del juego de Pablo De Blasis, de que la pausa de Castro sirva o no o de que Troyansky muestre una imagen diferente. Se analiza un proceso que parece haber llegado a su techo. Hoy, lamentablemente, Madelón y Gimnasia parecen no tener nada para darse, futbolísticamente hablando.

Es por eso que el partido del domingo no parece ser una tarde que cambie ideas. Los hinchas que hace mucho tiempo le bajaron el pulgar al entrenador no cambiarán de opinión. Tampoco aquellos que creen que las responsabilidades del DT tienen un límite en el plantel que dirige. Justamente, la dirigencia encargada del fútbol deberá tomar una decisión una vez que se acalle el grito de gol que de alegría o los cuestionamientos ante un mal resultado. El futuro no puede depender del lado de la taba una tarde cualquiera de fútbol.

El plantel albiazul retornará esta tarde a los entrenamientos en Estancia Chica, con una evaluación especial para Leonardo Morales, quien jugó al límite en Tucumán por una tendinopatía en el aductor derecho. Seguramente Madelón -que tiene muy en claro que el fútbol es así y hay ciclos que se cumplen- meterá mano en el equipo para volver a ganar en el Bosque y cerrar con una sonrisa un campeonato en el que Gimnasia volvió a quedar en deuda, demasiado lejos de ese mentado salto de calidad, demasiado cerca de una medianía (a esta altura) dolorosa.

 

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