Resignó poderío en el equipo titular y se le complicó la noche
Edición Impresa | 25 de Mayo de 2024 | 02:22

Por MARTIN MENDINUETA
Pese a que el Rusito Ascacibar jugó un partidazo y no mereció la amargura por la derrota, Lanús se aprovechó de algunos errores defensivos del campeón; también de un par de ausencias notables en la formación titular, y saboreó el premio tan valorado que se llevó.
La unión de varios factores hizo que el Pincha resignara el invicto y lamentara un tropiezo que podría haber evitado.
Eduardo Domínguez decidió no incluir entre los titulares a Guido Carrillo, Enzo Pérez ni a Tiago Palacios y el equipo lo sintió. Ascacibar fue un baluarte que estuvo en todos lados y que hasta merodeó el gol, pero su notable aporte no alcanzó ni siquiera para sumar un punto.
Dos remates bravísimos de los mejores jugadores del anfitrión, una floja actuación de Benedetti y falta de justeza en el ataque, hicieron que Estudiantes regresara con las manos vacías.
Después de un buen primer capítulo, el Pincha empezó mal el complemento y se lo notó por momentos desbordado, especialmente sobre la banda izquierda de su defensa. Con algunos tramos donde no se lo vio con la máxima concentración, permitió que Lanús rematara al arco sin tanta dificultad. Así le anotó los dos goles y así le complicó la noche hasta quedarse con todo lo que había en disputa.
ASCACIBAR BRILLÓ EN EL PRIMER TIEMPO DERROCHANDO JERARQUÍA
Estudiantes se fue al descanso sintiendo que el empate parcial había sido injusto. Con el Rusito como fenomenal abanderado del mejor despliegue, el reciente campeón demostró una estatura superior a la hora manejar el balón y generar situaciones de peligro. El cabezazo de Ascacibar que pegó en el travesaño (último minuto) fue lo que rubricó la distancia que hubo entre uno y otro.
FLOJO INICIO DE LA PARTE FINAL E INGRESANTES SIN SOLUCIONES
Estudiantes empezó el complemento sin la “furia” que lo caracteriza y esa merma de carácter/concentración le costó caro. El empate conseguido por Eros Mancuso tampoco lo estabilizó, volvió a equivocarse adentro de su área siendo permisivo y Bou no lo perdonó.
Lanús no jugó mejor que el León, simplemente aprovechó una merma de la habitual intensidad albirroja para facturar.
Acostumbrado a sonrisas y festejos reiterados, el Pincha tendrá que restaurar su fisonomía para llegar de la mejor manera al crucial partido de la Copa.
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