VIDEO. Gimnasia y una derrota sin atenuantes, que dejó muchas dudas
Edición Impresa | 19 de Julio de 2024 | 03:50

Mendoza, enviado especial
Facundo Aché
fache@eldia.com
Gimnasia no estuvo en Mendoza. Al menos, ese equipo agresivo que sabe a qué juega. El Lobo nunca encontró el partido y mostró su peor imagen en mucho tiempo, casi sin patear al arco en 90 minutos. Por eso perdió 1-0 en su visita a Independiente Rivadavia, un resultado que dejará tela para cortar.
Al margen de las ausencias (definitiva la del uruguayo Saravia, provisorias las de Morales y Colazo, lesionados) Gimnasia continuó mostrando las credenciales de esta breve era Méndez: presión, una enorme dinámica y rapidez para salir de contra. Independiente Rivadavia, con un equipo casi nuevo, también propicio desde su ambición un partido de ida y vuelta.
Así, las primeras aproximaciones fueron del local, con un remate de Ham despejado por la defensa tripera y un anticipo de cabeza de Asenjo, muy desviado. La Lepra comenzó imponiéndose en el centro del campo y Luciano Gómez (en el Lobo hasta hace muy poco) fue una carta importante para generar desde el lateral derecho, con el propio Asenjo y Sebastián Villa como preocupaciones permanentes para la defensa albiazul.
A pesar de algunos momentos en los cuales Gimnasia pudo manejar la pelota, el ímpetu de Independiente hizo que el equipo de Cicotello tuviera mayor dominio del juego. Con Palacios como patrón del fondo y Ham dueño del medio, a la Lepra le faltó que Sebastián Villa pudiera aprovechar su velocidad para llevar más problemas al arco defendido por Insfrán.
Un desborde de Luciano Gómez por la derecha encontró a Asenjo que, de media vuelta, exigió al arquero tripero cuando se relamían Ríos y Villa en el medio del área. Al Lobo le costó una enormidad sostener las riendas del juego y, se sabe, cuando no logra imponer las condiciones en el partido, todo se le dificulta un poco más. Cómo antes Instituto y Barracas, Independiente Rivadavia también supo borronearle el pizarrón al uruguayo Méndez.
Se veía venir el gol del local. El enésimo desborde por la derecha, en este caso de Villa -nada pudo hacer Gallo contra él- encontró en el centro atrás, un gran remate de Lautaro Ríos que le rompió el arco a Insfrán para poner el justo 1 a 0.
El Tripero no pudo hacer pie, no inquietó al arquero Centurión en todo el primer tiempo y casi siempre debió correr detrás de las intenciones de la Lepra.
Al margen de los visibles inconvenientes que tuvo Gustavo Canto y una zona recargada de transito para Rodrigo Gallo, el Lobo nunca pudo hacerse fuerte en la mitad de la cancha. De modo que la pelota volvió una y otra vez contra el arco tripero. La desventaja al cabo de los primeros 45 minutos marcó una diferencia real en lo que hicieron uno y otro equipo.
El inicio del complemento tuvo otra actitud de Gimnasia, con mayor presencia en el centro del campo y mayor presencia del equipo en ataque, aunque con un trato de pelota lleno de impurezas. La primera chance de gol, de todos modos, fue del local, con un bombazo de Ezequiel Ham a la salida de un córner que se fue apenas alto y generó el uhhh de los hinchas locales.
El partido estuvo suspendido durante ocho minutos por el ingreso de hinchas desde la tribuna local. En la reanudación, el Lobo aprovechó el desconcierto y puso el juego en campo mendocino. En el río revuelto, Independiente no pasó zozobras pero tomó nota de que el Lobo fue más agresivo y punzante, aún sin llevar peligro al arco de Centurión.
Méndez dispuso los ingresos de Nicolás Garayalde (que tuvo su debut con la camiseta blanca y azul) y David Zalazar por Bolívar y Castro, en un intento por forzar el trámite del partido. El local, más recostado en su campo, apostó desde sus propias variantes a una contra para liquidar la historia.
Independiente pidió penal por una carga lícita y en la siguiente, por primera vez el Tripero tuvo un buen desborde de Abaldo y el cabezazo de Castillo salió muy desviado en medio de las protestas de toda la Lepra. En un juego deslucido, el equipo de Méndez intentó asociar en los últimos metros, aunque con poca efectividad. Y Villa, de contra, fue siempre peligroso, incluso con un disparo con comba que se fue afuera.
El debut del pibe Jeremías Merlo fue la nota saliente del descuento de 11 minutos. Merlo entro por Benjamín Domínguez y Franco Troyansky ingresó por Gustavo Canto para tratar de encontrar otros caminos al arco rival. En el final del juego, Yonathan Cabral agregó problemas futuros a una noche sin luces para el equipo, al recibir una roja por agresión. Y así, entre discusiones, enojos y poco fútbol, Gimnasia dejó su peor imagen del torneo en una derrota justa.
Gimnasia no estuvo en Mendoza. Al menos, ese equipo agresivo que sabe a qué juega
Video. El análisis de Facundo Aché, desde Mendoza
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE