Qué hay detrás de la ola de incendios en Latinoamérica

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Una ola desenfrenada de incendios forestales arde en Sudamérica, donde los efectos del cambio climático, sequías históricas y malas prácticas en el campo atizan una crisis que ya deja muertos, ciudades cubiertas por humo y pérdidas millonarias.

Esta serie de fuegos es “completamente distinta” a la que asoló las selvas de Brasil, Perú y Bolivia en 2019, advierte la ecóloga brasileña Erika Berenguer, investigadora de las universidades de Oxford y Lancaster. Entonces las lluvias ayudaron a contener fuegos iniciados especialmente por agricultores brasileños partidarios del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro.

Ahora, casi todo el continente “vive una sequía severa”, apunta Berenguer. Incluso en la Amazonía “una de las regiones más húmedas del planeta (...) el paisaje se ha vuelto muy inflamable por el cambio climático”, alerta.

La mayor selva tropical del mundo vive los peores incendios en casi dos décadas, según el observatorio europeo Copernicus.

El país más afectado es Brasil: las llamas arrasaron 40,2 millones de hectáreas de vegetación en 2024, muy por encima de la media anual de la última década (31 millones), según Copernicus.

Ecuador, que evacuó el miércoles a un centenar de familias amenazadas por el fuego en su capital, y Perú, con 21 fallecidos por las llamas y el humo, han declarado la “emergencia” en varias provincias.

En nuestro país hay focos activos en la provincia de Córdoba (centro) y en Colombia las llamas alcanzaron principalmente el departamento de Huila (suroeste).

¿Qué causa los incendios?

Expertos y autoridades apuntan a una combinación entre sequías agravadas por el cambio climático y acciones humanas como responsables de los fuegos.

En Perú y Bolivia los incendios coinciden con la temporada anual de quema de tierras para la siembra, una práctica ancestral de los campesinos que no está penalizada.

También hay indicios de piromanía.

Buena parte de Brasil sigue envuelta en esta nube de humo tóxica, que se extendió por los países vecinos y llegó a Montevideo y Buenos Aires.

Mientras tanto, en los gobiernos, “Todos quieren contratar miles de brigadistas, comprar aviones, etcétera. Está bien, pero es muy poco y llega muy tarde”, critica Berenguer: “Necesitamos prevenir los incendios. La mayoría de modelos climáticos muestran que estos eventos van a ser cada vez más intensos y frecuentes”.

 

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