El drama de la inseguridad crece hacia el sector rural de la Ciudad
Edición Impresa | 7 de Enero de 2025 | 02:58

En nuestra edición de ayer informamos sobre un ataque armado en un predio rural de Los Hornos, donde una familia de la Ciudad tiene su residencia habitual, al margen de las características propias del predio y del lugar donde se emplaza. Y ahora, en una especie de avance del delito hacia la periferia de La Plata, tenemos que hablar de otro episodio de violencia delictiva, esta vez en un campo de Ignacio Correas dedicado a la producción de alimento balanceado.
Pasó en la zona de las calles 30 y 694 y ocurrió en las últimas horas.
En base a los datos recabados, una familia que hace las veces de caseros en el predio se llevó la peor parte, porque sufrió el embate en primera persona, aunque el objetivo de los ladrones era otro: la oficina comercial de la empresa que los emplea y se ubica en el mismo sitio.
Fue cerca de las diez de la noche que los asaltantes se hicieron presentes en la finca y pusieron de manifiesto sus intenciones de llevarse toda la plata.
No hace falta decir que no encontraron mayor oposición a sus movimientos.
Estaba todo oscuro, en un sector alejado de los flashes del Centro y un par de ladridos no les hizo ninguna mella; al contrario.
Muy decididos, los delincuentes, que al menos eran tres, lucían pasamontañas y borcegos, se presentaron en la habitación principal, donde una mujer de 32 años descansaba con su hija de 11.
Fue precisamente uno de ellos quien reunió a las víctimas junto a otro hijo adolescente, de 14 años, y empezó a reclamar la plata grande.
Al lugar de la administración también entraron, al parecer por un boquete, pero no se supo bien qué se llevaron.
Los portavoces solo refirieron a tres celulares, pero se presume que huyeron con dinero en efectivo.
Se supo que al chico, incluso, llegaron a pegarle una trompada en el rostro, pero la madre, desesperada, se puso adelante y ya no volvieron a tocarlo.
Cuando le preguntaron por su marido, la mujer explicó que se había ido a trabajar a otro campo de los mismos patrones y que tenía para cinco días de ausencia, aunque seguramente ya impuesto de lo ocurrido con su familia, decidió regresar para brindarles contención.
Si bien en este terreno hay una cámara, los asaltantes, que no eran improvisados, se llevaron con el DVR el corazón de la información audiovisual.
La mujer contó que solo les pudo ver los ojos y que uno tenía una especie de arma larga, aunque no logró brindar otros detalles.
En qué se movilizaba el grupo delictivo, todo es materia de investigación policial.
En la pesquisa tomó conocimiento la UFI de Autores Ignorados N° 9 de La Plata, que ya activó distintas medidas de prueba, aunque con la dificultad que el evento representa.
Estos tipos de ataques en sectores rurales, donde la inseguridad hace tiempo echó raíces, son complejos de resolver, precisamente por las dificultades que presenta el entorno para juntar elementos de cargo.
De todas formas, los investigadores no bajarán los brazos y buscarán por todos los medios arrimar algo sustancioso para poder avanzar hacia el esclarecimiento del robo y la captura de sus responsables.
En Correas, donde el hecho se difundió por el boca a boca, quedó flotando una sensación de miedo muy evidente. Es que el pueblo ya no goza de la tranquilidad de antaño.
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