Lo que dijo Trump, lo que escuchó Milei y lo que respondieron los mercados

Mariano Pérez de Eulate

Era todo euforia en el gobierno libertario antes de la reunión entre Javier Milei y Donald Trump: se descontaba el apoyo incondicional al argentino, elevado en los días previos a la categoría de socio estratégico en la región, un aliado en medio de un mapa de personajes, digamos, de otro palo.

El apoyo fuerte estuvo, no hay dudas: Milei es casi el único presidente latinoamericano en sacarse la foto en la Casa Blanca con el republicano. Pero la verborragia de Trump disparó una interpretación ambigua, de rápida repercusión en los mercados. Si hubo brindis en la delegación argentina, seguramente fue a medias.

Con sus palabras alusivas, Trump básicamente ató el salvataje financiero a la Argentina, que la semana pasada anunció el secretario del Tesoro Scott Bessent, a cómo le vaya a Milei en los próximos comicios legislativos del domingo 26. Eso al menos fue lo que se interpretó.

Dijo: “Si a la Argentina le va bien, otros países lo seguirán. Pero si no gana, no contará con nosotros. Si (el Gobierno) pierde, no seremos generosos”. El libertario lo miraba cuando regaló ese párrafo, acaso añorando otra contundencia.

Perplejidad

En Buenos Aires hubo perplejidad. Medio gobierno salió a decir por canales informales que en realidad Trump no condicionó el apoyo al resultado del domingo 26 próximo sino a que Milei siga gobernando el país luego de 2027, año en el que puede aspirar a la reelección.

Se ve que no es la lectura que hizo el mercado: las acciones, que venían en alza luego del respaldo verbal de Bessent, cayeron; los bonos soberanos temblaron; varios dólares retomaron la tendencia alcista. La expectativa en el mundo bursátil en torno a la reunión bilateral entre los presidentes, pues, se transformó en decepción justo sobre el final de la rueda diaria.

Traducido: al menos, los inversores tomaron como una señal negativa la frase del presidente de Estados Unidos sobre la atadura del paquete de ayuda financiera al resultado de las elecciones legislativas de medio término en las que el Gobierno, digámoslo, aparece perdidoso en todos los sondeos conocidos.

¿Hasta dónde Trump está al tanto de lo que pasa?

Es altamente improbable que Trump no sepa que dentro de menos de diez días la elección en Argentina es para renovar parte del Congreso y no el comicio ejecutivo crucial que puede cambiar al Presidente, como decían anoche ciertas fuentes libertarias tratando de explicar los dichos del norteamericano.

Si fuera así, Trump tendría que echar a todo el cuerpo diplomático norteamericano en nuestro país y en la región sur. Sí pudo tratarse de un intento de intervenir, desde lo discursivo, en el proceso electoral interno trazando una especie de línea: “Si votan a lo otro no hay ayuda”. Aunque después, en rigor, eso no suceda.

Es claro que “lo otro” sería lo que para la actual gestión estadounidense representa la posibilidad de una vuelta del kirchnerismo, caratulado como un populismo de izquierda por los republicanos.

En este sentido, tal vez Trump pensó que estaba apoyando a Milei en términos electorales con sus filosas frases. ¿Pero que la Rosada tenga que salir a aclarar que la asistencia financiera estará sí o sí y que, en realidad, el norteamericano se refería a que la misma no continuará si en Argentina vuelve el pero-kirchnerismo dentro de dos años es realmente un apoyo o termina siendo un problema para la gestión libertaria? Delicias de la realpolitik, con repercusiones que se verán en los próximos días.

Gestos y detalles del encuentro

Trump,  de increíble tez naranja, recibió en la puerta de la Casa Blanca a Milei, que llegó con su eterna carpetita azul en la mano. Vaya uno a saber qué cosa tan importante lleva ahí el argentino, que lo acompaña en cualquier acto doméstico y en la reunión con el hombre más poderoso del planeta. Hubo almuerzo en el histórico comedor, formato de comida de trabajo.

Por un cambio de agenda de última hora de la Casa Blanca, no se hizo la reunión a solas en el Salón Oval, como estaba originariamente programado. Es que Trump canceló la bilateral que tenía programada con Milei para antes del almuerzo. Igualmente, se sacaron una fugaz foto en el simbólico despacho, la imagen que el argentino tanto buscaba. No hubo explicaciones oficiales sobre el cambio de planes.

Tampoco hubo mayores detalles de cómo será el salvataje financiero a la Argentina, más allá de lo que ya se sabe a grandes líneas: la intervención del gobierno de EE.UU. en el mercado argentino de cambios con la compra directa de pesos, la puesta en marcha de un swap de monedas con el Banco Central (BCRA) por el equivalente a 20.000 millones de dólares y la eventual compra de bonos argentinos emitidos en dólares por parte de la gestión republicana.

Este martes, en este lado del mundo, se esperaban esos detalles que no se dijeron para acercar certezas a los mercados, dado que faltan ochos rondas bursátiles antes de las elecciones de medio término.

Milei con Trump

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE