VIDEO. La Plata, cada vez más longeva: el caso de la vecina que festejó sus 107 años
Edición Impresa | 17 de Octubre de 2025 | 03:35

En 1918, Argentina era otra y una Ciudad joven recién emergía como capital bonaerense. Apenas algunas avenidas, como la 7 y la 51, disfrutaban de un nuevo empedrado. La Catedral no existía tal como se la conoce hoy y para los amantes del fútbol, no había algo llamado la Copa del Mundo. El mundo se encontraba abatido por una guerra carnívora y en La Plata, un grupo de jóvenes estudiantes luchaban por sus derechos.
Pero, a 350 kilómetros, en un hospital de Tandil, nada importaba más que el nacimiento de Irma Ortelli quien ayer, 16 de octubre y después de un siglo (y más), celebró 107 años en esta vida; en esta Ciudad.
Como una verdadera estrella de rock o como la comandante de un almuerzo (rindiendo homenaje a una famosa conductora de tevé), Irma sopló la velita en la cabecera de la mesa principal de su casa: un hogar para adultos mayores ubicado en calles anexas a Plaza Moreno.
En medio de la euforia por los saludos, las cámaras, los aplausos, la sorpresa de los presentes, le dijo a este diario que “me tienen acá, sanita y contenta. Me regalaron flores que me gustan tanto. Todo esto no lo esperaba. Me siento orgullosa”. Tras una observación a quienes la acompañaban en el festejo, agregó: “Me llevo bien con todos, son mis compañeros y yo vivo feliz acá porque tengo de todo”.
Quien faltó por temas laborales fue su nieto. Pero Irma, igualmente no se dejó invadir por la angustia o la desazón: “Siempre viene mi nieto. Hoy le tocó trabajar pero mañana viene sin falta”, aseguró.
Minutos antes del canto y el soplo final del ritual, el ambiente rebozaba de alegría. El sol que se colaba por las ventanas, un hombre que cantó tango con su criolla, los aplausos de los presentes, los ramos de rosas y claveles y una torta grande y cremosa relucieron en el pequeño recinto. Todos fueron parte de la jornada de celebración.
Enfermeros, cuidadores y compañeros de casa de Irma, en diálogo con este diario, coincidieron en la buena compañía que ofrece. “Nos enseña que vivir mucho, también es tener ganas de seguir aprendiendo todos los días”, afirmó uno de sus contertulios. Además, cada uno de los presentes aseguró que Irma tiene una energía especial: “Esa que sólo poseen quienes han aprendido a mirar la vida con gratitud”, describió uno de los cuidadores.
Pero, ¿quién es Irma Ortelli? ¿Cómo vivió más de un centenario de vida? ¿Qué tiene para decir?
Vida y obra
Irma Ortelli, como a lo largo de toda su vida, mantiene una rutina. Se levanta temprano, sin alarma. Con ayuda de sus cuidadores, calienta el agua y vierte la yerba en un pequeño mate. Sorbe. Si le preguntan qué quiere escuchar, ella siempre pide tango. “Le gusta recordar su juventud, cuando bailaba y salía con amigas a pasar por el Bosque”, aseguró a este diario una de las acompañantes.
Irma nació en Tandil pero su corazón es platense. Su padre, quien trabajaba en la construcción, estaba vinculado a la obra de un hospital en aquella localidad y su trabajo coincidió con el parto de su hija.
Atravesó presidencias, dictaduras, crisis económicas y diferentes coyunturas sociales. Vio nacer a la computadora y al celular. Celebró el festejo del voto femenino y fue contemporánea a la legalización de la interrupción del embarazo.
Irma tiene un sentido del humor vibrante, perspicaz. A la pregunta de un cronista de este diario “¿cuál es la fórmula de la longevidad?” pareció no escucharla y respondió: “Yo fui ama de casa toda la vida. Todo lo del hogar puedo hacerlo yo. Pintar las paredes de la casa, por ejemplo. No sabés lo lindo que queda”.
Ella fue la única hija mujer y la menor de cuatro hermanos. Pero, eso no fue un problema. Al contrario: “Fui la mimada de la familia. Me daban todos los gustos. Especialmente, mi papá. Él tenía locura conmigo”.
Su amor por Gimnasia
Según cuidadores y enfermeros, los días que juega el club de sus amores, Gimnasia y Esgrima de La Plata (que en 1918 apenas llegaba a las 3 décadas de vida), Irma prende el televisor o la radio, acerca su silla, grita los goles o se enoja con los jugadores.
Ante la consulta de este diario y la mirada atenta de los presentes, la mujer centenaria recordó con envidiable memoria nombres, apellidos, posiciones. “Me gusta mi Ciudad. Yo soy hincha de Gimnasia, de Giiiiiimnasia. Pero de cuando empezó Gimnasia. Muchos años peores que estos”, contó Ortelli, entre risas. “Me gusta con locura. Soy una hincha con locura”, sumó.
Irma soportó que sus tres hermanos varones y mayores sean de Estudiantes de La Plata. Igualmente, se salía con la suya: “Ellos me llevaban igualmente”.
En síntesis, como para cerrar el tema y antes de soplar la única vela azul en honor a su querido club, Irma sentenció: “Soy del Lobo desde chica, y voy a serlo hasta el último día”.
En tanto, expresó una vez más su amor por la capital de la Provincia: “Yo soy de La Plata, me gusta mi Ciudad. Tengo mi departamento frente a la Catedral”.
El momento del festejo
Irma Ortelli mira a los costados, sonríe y se suma a los aplausos de sus compañeros en el hogar para adultos mayores.
Prenden la vela y mientras observa la pequeña llama, Irma recuerda cuando iba a la cancha de avenida 60, cuando salía a caminar por el Paseo del Bosque, cuando se movía al compás del tango. Piensa en su nieto que no pudo estar. Se tranquiliza porque sabe que tarde o temprano va a llegar. Vuelve a mirar alrededor: sonríe y contagia alegría.
Este diario, en aquel momento, preguntó: ¿qué les podés decir a aquellas personas que viven cansadas? Ella cerró: “Yo cumplo 107 años y estoy muy feliz. No imaginé que iba a tener todo esto”.
“Yo cumplo 107 años de vida y estoy muy feliz. No imaginé que iba a tener todo esto. Amo a mi Ciudad”
Irma Ortelli, Platense que festejó los 107 años
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