Por qué no hay que besar a los perros en la boca: preocupa el avance de la hidatidosis, una enfermedad que puede ser grave

También es conocida como equinococosis quística y afecta a hígado y pulmones. Ya es una preocupación para las autoridades sanitarias. Los números de la enfermedad en Argentina: qué es, cómo se contagia y las maneras de prevenirla

Si sos de esos que suelen besar a los perros en la boca, vas a empezar a pensarlo dos veces desde ahora. Es que en el país avanza la hidatidosis, también conocida como equinococosis quística, y se ha convertido en una preocupación creciente para las autoridades sanitarias. Esta enfermedad parasitaria, transmitida principalmente por los perros a través de un pequeño gusano llamado Echinococcus granulosus, puede generar graves consecuencias en la salud humana, especialmente en órganos vitales como el hígado y los pulmones, y hasta puede causar la muerte.

Los datos oficiales marcan que en Argentina, entre 2019 y 2023, se registraron por año un promedio de 470 casos, contra los 643 que fueron informados en lo que va de 2025. 

En Salta, por ejemplo, el último informe de Salud da cuenta de que se han notificado dos nuevos casos de hidatidosis, en el departamento Capital, durante la última semana epidemiológica. Es así que el acumulado en 2025 es de 26 casos. "Del total de confirmados, 6 se registraron en Rivadavia, 2 en Cachi, 4 en San Martín, 1 en La Poma, 1 en Orán, 6 en Capital, 3 en General Güemes, 1 en Rosario de Lerma, 1 en Cafayate y 1 en Molinos. El 46% de los casos está distribuido en los departamentos Rivadavia y Capital", se informa. Mientras que Jujuy sumó 4 nuevos casos.

Sin dudas que son datos que encienden alarmas y generan una mayor atención por parte de las autoridades sanitarias.

¿Qué es la hidatidosis?

Se trata de una zoonosis —enfermedad que se transmite de los animales al ser humano—. El parásito se aloja en el intestino de los perros y, a través de sus heces, libera huevos microscópicos que contaminan el suelo, el agua y los alimentos. Las personas pueden ingerirlos sin darse cuenta al consumir verduras sin lavar, al beber agua contaminada o incluso al acariciar o besar a sus mascotas, si estas no reciben un adecuado control veterinario.

Una vez dentro del organismo humano, los huevos liberan larvas que viajan por el torrente sanguíneo y forman quistes hidatídicos. Estos quistes crecen lentamente y pueden provocar síntomas graves según el órgano afectado:

- En el hígado, dolor abdominal, náuseas, ictericia y fiebre.

- En los pulmones, tos crónica, dificultad para respirar y dolor torácico.

- En casos avanzados, pueden comprometer otros órganos, como el cerebro o los huesos.

Una enfermedad silenciosa y peligrosa

Uno de los grandes problemas de la hidatidosis es que suele desarrollarse en silencio. Los quistes pueden crecer durante años antes de dar señales clínicas, lo que retrasa el diagnóstico y complica el tratamiento.

El doctor Carlos Basualdo, infectólogo y especialista en enfermedades zoonóticas, explica: “Muchas veces los pacientes llegan a la consulta con cuadros ya avanzados. El tratamiento incluye cirugía o medicación antiparasitaria prolongada, y en ocasiones deja secuelas permanentes”.

Tradicionalmente asociada a áreas rurales, donde el contacto con perros pastores y ganado es mayor, la hidatidosis ha comenzado a aparecer también en zonas urbanas. Esto se debe al aumento de la convivencia estrecha entre humanos y mascotas sin controles sanitarios adecuados.

Las estadísticas reflejan un incremento de casos en provincias patagónicas, regiones del centro del país e incluso en periferias de grandes ciudades. Autoridades sanitarias advierten que la falta de desparasitación periódica de los perros y la escasa conciencia sobre la transmisión son factores que están facilitando su expansión.

Prevención: la clave está en los hábitos

La hidatidosis puede prevenirse con medidas simples pero sostenidas:

- Desparasitar a los perros cada 45 días con productos recetados por veterinarios.

- Evitar darles vísceras crudas de animales, que son el principal reservorio del parásito.

- Lavar muy bien frutas y verduras.

- Lavarse siempre las manos después de jugar o acariciar a las mascotas.

- Evitar el contacto cercano con perros que no reciben control veterinario.

Una alerta que interpela

El mensaje de los especialistas es claro: la cercanía con los perros no debe eliminarse, pero sí manejarse con responsabilidad. “El perro es un vector, pero no el culpable. El problema es la falta de control sanitario y la exposición descuidada de los humanos”, señala Basualdo.

La hidatidosis, que a menudo pasa inadvertida en el debate público, se expande silenciosamente. Y aunque no es una enfermedad de transmisión directa entre personas, su avance obliga a reforzar campañas de prevención, educación comunitaria y políticas de salud pública.

El título de esta nota lo dice todo: los besos a los perros pueden ser un gesto de cariño, pero también un riesgo sanitario. La clave está en cuidar a las mascotas, desparasitarlas y, sobre todo, no olvidar que la prevención salva vidas.

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