La Ciudad visitada por motoqueros dedicados a delinquir

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La llegada el miércoles pasado del club internacional de motociclistas –“Hells Angels” (Angeles del Infierno)- ya había originado preocupación en las fuerzas locales y hasta hubo aviso de Interpol sobre el nutrido historial de episodios delictivos cometidos por este grupo. Ambas instancias se vieron lamentablemente confirmadas por los violentos enfrentamientos registrados entre motoqueros en la Ciudad, con uso de armas de fuego, que dejaron un tendal de heridos y de enorme temor en la población.

La autoridad del Estado —sea municipal, provincial o nacional— no puede permitir en modo alguno que, bajo el pretexto de realizarse una “cumbre” mundial de motociclistas, se repitan estas muestras de barbarie por parte de ninguna agrupación delictiva.

Más alarma produjo en la población de la Ciudad no solo la portación de pertrechos de este grupo que, como bien informó este medio, era observado de cerca por la mayor organización policial del mundo. Sino que, a la vez, generó más preocupación que los sospechosos de ciertos ilícitos ya mencionados habrían obtenido esas armas en nuestra Región, lo cual es materia de investigación.

Los Hells Angels integran un club internacional de motociclistas considerado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y por otras agencias como una organización criminal. Fue fundado en California en 1948, formado mayormente por veteranos de la Segunda Guerra Mundial y pronto fue conocido por sus acciones delictivas a partir del narcotráfico y otras actividades ilícitas. Se los considera la organización “fuera de la ley” más grande del mundo, con miles de miembros en 66 países.

“Iba caminando con mi pareja y tuvimos que tirarnos debajo de un auto”. El relato que hizo un vecino a este diario fue parte del pánico causado por un grupo vinculado a los “Hells Angels”, que en la esquina de 44 y 26 libró una batalla campal con otro grupo argentino de motoqueros. Hubo intercambio de disparos de arma de fuego y varios heridos. Así también quedó una serie de sospechas e interrogantes que deberán ser esclarecidos.

Las últimas horas de ese encuentro sirvieron para que ocurriera una sucesión de episodios de extrema violencia. Primero se desató una batalla campal a partir de un cruce de un motoquero con trapitos en el cetro de La Plata.

Luego, se desató un incidente de extrema violencia cuando dos autos y una van, en la zona de Plaza 19 de Noviembre (44 y 25), interceptaron a un grupo de motociclistas en una esquina. Sin que todavía haya precisiones sobre el origen del incidente, desde los autos bajaron varias personas y comenzaron a golpear a un motociclista, que respondió a los tiros, en medio de la calle. Inicialmente, la pesquisa procuraba determinar por qué los motoqueros extranjeros, pero con filiales argentinas, habrían atacado una agrupación de motociclistas argentinos denominada “Los Tehuelches”.

No sólo los peatones ocasionales o aquellos que se encontraban en la plaza, sino también muchos automovilistas quedaron perplejos por lo que sucedía ante sus ojos. Allí un sector de la Ciudad se había convertido en escenario para un segundo frente de guerra, con delincuentes que cambiaron disparos durante varios minutos. El enfrentamiento quedó registrado en las cámaras de la zona —a las que accedió este diario—, donde se puede observar la emboscada de una camioneta que, junto a otro vehículo, circulaba por avenida 44 y cruzaba en contramano hacia 26, interceptando el paso de la caravana de motos, que según fuentes oficiales pertenecería al grupo de origen argentino, conocido como “Tehuelches MC”.

Según los primeros datos surgidos de la instrucción, este enfrentamiento armado dejó varios heridos y una importante cantidad de armas y de vehículos secuestrados.: pistolas de distinto calibre y once motocicletas de alta cilindrada.

La investigación quedó a cargo del fiscal penal a cargo de la UFI N°16 y del Juzgado de Garantías N°6 del Departamento Judicial La Plata. Es de esperar que no sólo se les preste a estos organismos la mayor cantidad posible de pruebas documentales y testimoniales, sino que de las demás investigaciones y tareas de inteligencia surjan evidencias que, en forma rápida, permitan la detención de los responsables. Tal como se ha dicho, el principio de autoridad del Estado y su dominio excluyente sobre el orden público —frente a semejantes muestras de barbarie— no puede quedar puesto en duda.

 

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