Un día más sin respuestas por el crimen de la psiquiatra en City Bell

Edición Impresa

Lo único que se sabe es que la noche del 14 de noviembre a la psiquiatra Virginia Franco le desfiguraron el rostro a golpes y la degollaron para causarle la muerte en su coqueta casona de City Bell. Las hipótesis están abiertas. La principal de los investigadores es que pudo ser un robo que por alguna razón terminó mal. No mucho más.

Los peritajes obviamente están en marcha. Hay cruces telefónicos, de posicionamiento de celulares, revisión de cámaras de seguridad, una segunda autopsia y toma de declaraciones testimoniales.

Franco vivía sola y atravesaba una viudez reciente. Afectada también por una situación de salud, su vida, según los amigos y afectos, estaba centrada en lo laboral. Por eso las dudas, sobre todo porque en principio nada faltaba de la vivienda. Solo su teléfono celular.

En ese desconcierto, primero apareció un conocido que le manejaba las cuestiones contables como sospechoso, pero después lo corrieron a un costado y avanzó la llamada “pista del jardín”, en relación a un grupo de sujetos que habría sido visto podando la ligustrina y con otras tareas en el parque de la propiedad.

Tenía dinero en la finca. Nadie lo puede certificar. No quedaron rastros de los homicidas en el cuerpo de la víctima. No se indicó nada al respecto. No había huellas aptas para cotejo identificatorio. Tampoco se comentó. En definitiva, demasiados interrogantes y pocas certezas para tanto dolor.

 

Virginia Franco

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE