De vuelta a la época “prevacunal”: terror por enfermedades mortales

Además de sarampión, Influenza y coqueluche, especialistas y organismos sanitarios temen cuadros de viruela y poliomielitis

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Era 1810 cuando Manuel Belgrano, vocal en la Primera Junta, impulsó la vacunación contra la viruela, tanto de la población como de sus propios soldados.

Era 1984 cuando en Argentina se registró el último caso de poliomielitis -causada por el virus polio- y diez años después, la Región de las Américas se declaró libre de la enfermedad.

Era febrero del 2009 cuando se confirmó el último caso de rubeóla en Argentina. Recordemos que el virus puede generar graves consecuencias en el bebé recién nacido como sordera, ceguera y hasta retraso mental, según el Ministerio de Salud de la Nación.

Estas, junto a otras enfermedades como hepatitis A o B, Influenza, meningitis por neumococo, sarampión -entre otras-, habían encontrado en la vacunación un punto final o control. Pero, durante los últimos meses, bajaron los niveles de inocuación en el país. La Ciudad, que integra el Distrito XI en el mapa sanitario bonaerense, no es la excepción.

Según datos de la cartera sanitaria nacional, en la provincia de Buenos Aires los niveles de vacunación -excepto por la vacuna BCG que protege las formas graves de tuberculosis y que estaba a un 81 por ciento- están por debajo del 75 por ciento cuando el mínimo debería ser 95 por ciento, adviertieron especialistas.

En este marco, el Colegio de Médicos y el Ministerio de Salud bonaerense realizaron un llamado inmediato a vacunarse, entre otras advertencias.

“Las consecuencias de dejar de vacunar a la población serían catastróficas, revirtiendo décadas de avances en salud pública. Esto generaría una crisis de salud sin precedentes”, advirtió en un documento el Colegio de Médicos provincial. Además, señalaron que “la consecuencia más inmediata y dramática sería el resurgimiento masivo de enfermedades que están actualmente bajo control o casi erradicadas”.

CONSECUENCIAS

Julio Dunogent, secretario federal del Consejo Superior del Colegio de Médicos de la provincia de Buenos Aires, dijo a este diario: “Estamos de vuelta a la época prevacunal. Las enfermedades que podrían regresar son muy dolorosas. Hoy, hay casos de coqueluche y sarampión. Pero si seguimos así, hasta viruela podría aparecer”.

Según el último Boletín Epidemiológico bonaerense, hasta el 15 de noviembre se confirmaron 293 casos de coqueluche o tos convulsa y cinco muertes, una de ellas en la Ciudad. Asimismo, a este diario, confirmaron el fallecimiento de un niño por la enfermedad en un hospital de la Ciudad. No obstante, ante la consulta de EL DIA, las autoridades correspondiente no emitieron respuesta.

En tanto, Silvia González Ayala, especialista en enfermedades infecciosas, advirtió en diálogo en este diario: “Estamos en alerta por el sarampión y por tos convulsa. Además, la Organización Panamericana de la Salud advirtió la posible reintroducción de poliomielitis en Argentina. Eso sería terrible porque es una enfermedad que quedan para toda la vida”.

Además, añadió: “También pueden reingresar enfermedades como la meningitis por neumococo y Haemophilus influenzae tipo b (puede provocar meningitis, neumonía, epiglotis)”.

El Colegio de Médicos también alertó un “resurgimiento masivo” de enfermedades inmunoprevenibles. “Patologías como la poliomielitis, el sarampión, la difteria, la tos ferina (pertussis) y la rubéola volverían a circular a niveles epidémicos”, indicaron.

Otra de las consecuencias que alertaron los profesionales es la pérdida de inmunidad colectiva, también conocida como inmunidad de rebaño. “Se está perdiendo la protección. La vacuna no es algo individual. El no realizarlo atenta contra la salud pública de todos”, aseveró Dunogent.

Guillermo Salas, director médico de la Nueva Clínica del Niño, contó en diálogo con EL DIA: “Hoy tenemos un paciente con asistencia mecánica respiratorio por Influenza. También hemos visto casos de coqueluche”.

Finalmente, analizó:“Hay mucha desinformación en redes sociales. Lo más importante es concientizar a los padres. Está netamente vinculado en el cuidado de los más chicos. Los adultos son los que tienen que tomar conciencia”.

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